Escrito por Sarah Landrum
"Dios nunca nos da más de lo que podemos manejar", se dice. A veces, se necesitan dos manos. Otras veces, se necesita más.
La palabra "más" parece infinita, como las creaciones de Dios. Los seres humanos están requiriendo y adquiriendo más de la vida de lo que se puede sostener, especialmente cuando se vive de cheque a cheque. El auto se descompone. Busca en abrigos viejos y en el fondo de las bolsas el dinero suficiente para alimentar a su familia. El peso es tremendo.
Cuando consigues un buen trabajo con prestaciones, aún hay más. Estás atrapado con una factura del hospital. Compras una casa más grande y tienes que llenar las habitaciones. Los niños necesitan algo para la escuela.
Sientes que tienes que obtener ciertas cosas para abrir ciertas puertas en la vida. Para algunos, la asociación del dinero y la felicidad se convierte en una obsesión de la que es difícil apartarse. La verdad es que la felicidad no tiene absolutamente nada que ver con el dinero. Hay muchas puertas a la felicidad y muchas puertas que la felicidad abre.
1. Estar con familiares y amigos
Pasar tiempo con tu familia y amigos te recuerda de dónde vienes y te da un sentido de pertenencia e interconexión. Estas relaciones son intrínsecas a su bienestar.
Ya sea para tener una conversación tonta con un amigo o disfrutar de una comida al aire libre con su familia, esta es su gente. Saben quién eres y cómo has crecido, y cuáles son tus luchas y alegrías.
Tener personas en tu vida que te comprendan, y simplemente estar con ellas, proporciona una gran alegría cuando más la necesitas.
2. ¡Juega más!
¡Incluso de adulto, puedes jugar! ¿Recuerdas quedarte fuera lo más tarde posible para jugar hasta que te llamaran para cenar? ¿Qué tal saltar la cuerda, andar en bicicleta y usar su imaginación para crear mundos y posibilidades completamente nuevos? Es una verdadera alegría quedar tan atrapado en lo que imaginabas que el tiempo pasa sin que te des cuenta.
Los niños de hoy juegan ocho horas menos a la semana que hace dos décadas, y los adultos son mucho peores. ¿Cuándo fue la última vez que corriste por ahí para divertirte? ¿O inició un juego lúdico en el patio trasero?
Ser juguetón se aplica a cualquier área de la vida, desde rutinas de ejercicio hasta cómo ves tu día. Jugar es un recordatorio de que puedes crear activamente y dar pasos hacia tus sueños, que puedes relajarte y divertirte. Cuando eres espontáneo, el mundo se te abre y te ofrece perspectivas únicas.
3. Estar solo, pero no solo
No hay suficientes personas que se den espacio para la soledad, para descubrir y apreciar profundamente su propio corazón y forma de ser únicos. Esto viene en forma de tomar siestas, leer libros, trabajar en un pasatiempo o dar un paseo por la naturaleza. Puede que estés solo, pero no tienes que estar solo.
A lo largo de tu vida, experimentarás y presenciarás muchas luchas y dolores. Un familiar, amigo o mascota fallecerá. La tragedia golpeará. Estas experiencias lo dejan sintiéndose más solo, pero también pueden brindar oportunidades para recordar los buenos momentos y ver los buenos actos que hacen las personas a su alrededor.
4. El don de las pequeñas bondades
Haz con los demás lo que te harías contigo mismo. Es la regla de oro que se enseña a todos los niños: tratar a las personas como se espera que sean tratadas.
Cuando has tenido un mal día, todo lo que sale mal se suma a tu frustración. Cuando has pasado uno de esos días, una pequeña amabilidad de un amigo o extraño realmente te levanta el ánimo. Cuando haces una amabilidad por otro, como abrir una puerta o hacer un cumplido, esa amabilidad se propaga.
5. ¡Ríete más!
El humor es un regalo de Dios tan inteligente y único. Él te da la habilidad de reírte de ti mismo y de las ironías de la vida. Cada persona tiene un sentido del humor individual, y un día oscuro se aclara rápidamente con una buena risa.
Recuerda Génesis 21:6 cuando Sara dijo: "Dios me ha hecho reír, todo el que oye se reirá conmigo". Es cierto, ¡la risa es contagiosa!
Cuando escuchas el sonido de la risa, tu cerebro responde y activa los músculos de tu cara para que interactúen. ¡Descubres que no puedes evitar reír también! De hecho, una nueva investigación afirma que las emociones positivas pueden ser contagiosas, al igual que la risa.
6. Por suerte...
Volviendo al griego antiguo, en todos los idiomas indoeuropeos, la palabra felicidad tiene la misma derivación lingüística que la palabra suerte. Este patrón lingüístico implica que incluso nuestros antepasados sabían que la felicidad era algo que no se podía controlar, comerciar o comprar. Cuando las personas piensan en la felicidad, asocian la palabra con el sentimiento de ser afortunados por lo que tienen.
Eso no significa que te vuelvas feliz de la nada, pero definitivamente hay algo en rodearte de alegría y sentirte agradecido por las cosas buenas de tu vida.
7. El movimiento aumenta las emociones positivas
Puede pensar en el ejercicio como un mantenimiento de rutina, pero se sabe que mejora su bienestar y ayuda con la depresión y los cambios de humor.
Una nueva investigación sugiere que el ejercicio y la actividad afectan la estructura del cerebro mismo a través de efectos neurogénicos. Eso significa que el ejercicio desencadena la liberación de un compuesto llamado catepsina B, que desencadena el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo (el área afectada por la depresión y la demencia).
Incluso una caminata regular o un paseo en bicicleta te ayudará a mejorar tu estado de ánimo, mientras sales y vives tu vida, presenciando la naturaleza y toda la creación que lo rodea.
8. Apreciación por las pequeñas cosas de la vida
Ver a tu hija casarse. Conseguir tu primer apartamento. Hay grandes e importantes hitos que recordarás de por vida, pero a menudo son los pequeños detalles los que llevas contigo. Lo que tu hija te susurra al oído antes de que la acompañes por el pasillo, o esa sensación de crear un hogar para ti por primera vez.
Algunos pequeños momentos memorables se encuentran dentro de otros que, pensaría que se olvidarán rápidamente. Ver la flor más hermosa o el olor de una tarta recién horneada. Los detalles abruman tus sentidos con belleza y poder. Aprecia las cosas pequeñas y deja que esas experiencias residan en tu corazón.
La felicidad florece en lugares inesperados, en pequeños momentos tranquilos donde un extraño o familiares y amigos comparten sus historias y vive contigo. La felicidad se encuentra en disfrutar de su tiempo consigo mismo, probar nuevas actividades y mantenerse activo.
El dinero puede ayudarte a comprar tu primer apartamento, pero la felicidad que siente en ese apartamento viene con la sensación de estar en casa, de crear un espacio para usted. El dinero no lo es todo y la felicidad no requiere un pago inicial.
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Sarah Landrum es una escritora independiente con la misión de cambiar el mundo y ayudar a las personas a vivir vidas más felices y enriquecidas. También es la fundadora del sitio de carreras y felicidad: Punched Clocks.