Cómo Celebrar Fielmente La Navidad En Un Mundo De Cosas Materiales

No puedo discernir si los audífonos, los aparatos y demás cosas compradas que se regalan sean en verdad la mejor de la intención humana o quizás un síntoma de desatención. Cartas, dulces y decoraciones cuelgan por todos lados. Los calendarios se llenan con comentarios y fechas.

Sin embargo, yo regreso a la constante de renovar mi perspectiva para ver si esta Navidad puedo manifestar los regalos que en verdad se deben dar.

No es que sea aguafiestas, más bien es que me siento más atraída al adviento humilde de un Rey sin igual. A la manera incomprensible en la que el poder se manifestó en amor, y como ese gran regalo sigue siendo dado cada día. Eso es algo que no quiero despreciar y perderme en el ajetreado ritmo de las cosas por hacer y no hacer que nos estresan en un día de celebración.

Me encanta la ya famosa frase del “Grinch” que dice: la navidad viene sin paquetes ni cajas ni bolsas. Y con una clásica inocencia el infame personaje verde de los cuentos observa “¿Que si la navidad no viene de una tienda? ¿Qué tal si la navidad significa mucho más que eso?

Así que mientras cuento los días para la navidad mientras fracaso en pasarle mi emoción a mi hijo adolescente prefiero hacer una lista.

Aquí hay cuatro maneras para intentar ser más fieles en esta temporada de generosidad.

Creo yo que uno de los mejores regalos que Dios nos dio fue tejer en nosotros la libertad de poder escoger. Rechazar o aceptar, juzgar o entender, odiar o amar. Minuto a minuto podemos actuar en maneras que fuimos creados o podemos tener una reacción a cosas que nos atraen.

Jesús sabía el atractivo que sería alcanzar a los que nadie puede alcanzar. Él sabía en dónde se escondían aquellos que se sentían sin amor. Él nunca esperó a que las cosas fueran perfectas, una cama perfecta, gente perfecta, o prosperidades perfectas. Él vino a un que no merecía su llegada y aun así lo aceptó y vino como amor haciéndose carne. De la misma manera él quiere que nosotros hagamos lo mismo y demos amor, algo que no necesariamente tiene que venir empaquetado.

En los días previos a la navidad, sé que sin duda tendré encuentros con amigos y familia que son regalos disfrazadas de oportunidades. Y aunque pueda estar cansada o enojada o estresada no quiero olvidar que ese momento puedo escoger responder con y dar amor. Porque puedo escoger regalar amor en lugar de prejuicios o un abrazo en lugar de salir corriendo, un sacrificio de mi tiempo en lugar de egoísmo, sé que yo seré bendecida de la misma manera.

Pero el mejor regalo es saber que porque yo he escogido amar, alguien más puede también podrá sentir el amor de Dios.

A veces no lo notamos o no lo platicamos, pero ¿quién no quiere recibir perdón? ¿Quién de nosotros no ha sido pesado con alguien o impaciente o un poco descuidado o de plano grosero? ¿Cómo se sentiría poder recibir el regalo de palabras afirmativas o un gesto que ayude a sanar heridas profundas? (Salmo 103:12)

¿Habrá alguien en esta Navidad a quien le puedas dar tal regalo?

Podemos ver lo mucho que Jesús quiere a los dadores alegres (2 Corintios 9:6-7) y más aún cuando no se tiene mucho para dar. Porque en las acciones de perdón, es tentador sembrar pocas semillas, pero cuando lo hacemos sin temor el cielo mismo sabrá que la cosecha será inmensa.

Si no sabes cómo tomar los primeros pasos, pídele a Dios que te ayude a entenderlo. Pídele que te ayude a crear un momento en el que tu puedes fielmente otorgar un regalo dado por el mismo.

Para mi no es una cosa boba el poder tener velas en mi cuarto y sentarnos en familia para pasar un momento en compañía y reflexión juntos. Muchas veces no sucede, y es algo que no voy a hacer como un mandato.

Para mí, esta vela es algo más simbólico, como una vela que yo voy a prender en mi propio corazón. Esto me ayuda a centrarme y a reflexionar aun en medio de las cenas, las compras, los apresuros para poder en lugar pintar un cuadro de paz.

La verdad es que cada uno encontrar paz de manera diferente. Así que a lo mejor uno de los mejore regalos que podamos dar es el de crear paz en nuestros propios hogares y preguntar a los demás, ¿qué te trae paz? O preguntar ¿Cuándo regreses a casa del trabajo o de la escuela esta temporada que puedo hacer por ti? Porque la felicidad es uno de los mejores regalos que Dios nos dio.

Como dice Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

Si hay cosas que te hace sentir en paz, no te sientas culpable por querer buscarlas. A veces eso para mi es esperar a que mis hijos salgan de la casa para poder aspirar la alfombra.

Cuando yo me siento en paz, puedo transmitir esa paz a los demás.

No entiendo por qué, pero siento que la navidad se ha complicado muchísimo más de lo que debería ser. Creo que, para nosotros, como humanos, nos encanta saber que tantas cosas podemos conseguir o comprar. Me siento mal al decir esto; pero espero que al decir esto puedas sentir que después de todo hay esperanza.

No estás loca, y esa necesidad que sientes de querer tener todo la puedes encontrar al tener a Dios, tu creador.

Me encanta como la Navidad tiende a brillar una luz para poder alumbrar las maneras en que podemos compartir de nuestra abundancia con otras personas. De todas formas, quiero cerciorarme de que, si voy a donar, digamos unos zapatos, ayudar en el comedor de los indigentes, o servir una comida de escuchar y estar atenta si es que alguien necesita palabras de aliento. Esto lo hago porque envolver y enviar regalos no necesariamente crea esperanza. Pero ciertamente si oramos y dedicamos estas acciones a Dios entonces, Él mismo hará que todas nuestras acciones transmitan esperanza.

Una vez escuché una historia en la radio sobre la madre Teresa, el anfitrión le dio a la madre Teresa tiempo aire para que pudiera decirle a la gente como poder donar a su ministerio y como podrían pasar la voz. Recuerdo que la madre Teresa respondió que no quería ni dinero ni publicidad.

En lugar la madre Teresa respondió: si quieres saber cómo ayudar ven en persona, en medio de la noche por las calles y convence a una persona de que no está sola.

¿Conoces a alguien en tu circulo que pueda sentirse sola o desesperada, o triste? Entonces asegúrate de poder escucharlos y darles la compañía que necesitan, dales esperanza y hazles saber que no están solas.

¿Crees que puedas añadir alguna de estas acciones a tu lista de cosas por hacer estas fiestas? Espero que te haya animado a poder implementar estos consejos. Busca un momento en el que puedas reflexionar. Busca situaciones en las que puedas dar sin necesidad de buscar remuneración o atención. En otras palabras busca dar regalos que el mismo Salvador dio.