Monday, May 7, 2018
Ninguno de nosotros está exento. No importa cuánto nos propongamos vivir una vida con reglas perfectas, en algún punto todos nos enfrentaremos a una persona irrespetuosa: poniendo en prueba nuestras resoluciones nobles para amar como Jesús lo hizo. Por lo cual, cuando se trata de los irrespetuosos he tenido muchas fallas unidas a unos cuantos momentos de gracia. Ocasionalmente, he optado por la madurez en vez de la antítesis de ella, pero ha sido una lucha.