Nos sucede a todos. Pasar por momentos en lo que todo va mal.

Hay momentos donde perdemos nuestra felicidad o tenemos la impresión que nada sale bien. Ya no le encontramos sentido a nada de lo que hacemos y nos ponemos a cuestionar constantemente las razones que antes nos motivaban a hacer una u otra cosa. Tenemos la impresión de estar como flotando en una nube perdidos entre la bruma, perturbados y desorientados.

De pronto hay momentos o circunstancias que son para nosotros desfavorables. Sufrimos de burlas y de rechazos por parte de nuestras amistades a causa de nuestra fe. O puede ser que estemos pasando por una enfermedad o dolores físicos que nos abruman, o puede ser que alguien cercano a nosotros este pasando por estos males y el ser testigos de tal cosa nos aflige.

Momentos donde el enemigo nos rodea como león rugiente en busca de su presa (1 Pedro 5:8). Momentos donde tenemos la impresión de sentirlo cerca cada vez que damos vuelta para hacernos tropezar. No nos deja ni un solo segundo para poder respirar, ni un solo instante para descansar. Nos estrella contra el suelo y nos sentimos incapaces de soltarnos, abrumados por los golpes venenosos del maligno.

La seguridad que ofrece el Evangelio

Sea lo que sea la situación que estemos viviendo, sin importar la intensidad de la batalla, sin importa cuánto tiempo ha transcurrido desde que comenzamos con las situaciones difíciles… el Evangelio es nuestra seguridad. Aquí te presento sólo algunas de las bendiciones que el Evangelio nos da para encontrar aliento:

  • Es el Evangelio que nos habla de la esperanza que tenemos en el cielo (Colosenses 1:5).
  • Es el Evangelio que nos habla de Jesucristo “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14).
  • Es el Evangelio que nos recuerda que “vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado” (Colosenses 1:21). Mas ahora estamos reconciliados por la muerte, y resurrección de Cristo (Colosenses 1:21-22).
  • Es el Evangelio que nos revela que Dios nos ha declarado justos, no por nuestros propios méritos, sino por la justicia perfecta de Jesucristo en la cual podemos ser revestidos de gracia (Romanos 1:17; 1 Pedro 3:18).
  • Es el Evangelio que declara que “Dios nos ha escogido… para que seamos limpios y sin mancha delante de Él” (Efesios 1:4) y que nosotros seremos santos delante de Él sin falta y sin reproche gracias a la muerte de Jesucristo. (Colosenses 1:22). Tenemos también la certeza que “El que ha comenzado en nosotros la buena obra la perfeccionará el día de Jesucristo (Filipenses 1:6).
  • Es el Evangelio que nos recuerda que estábamos muertos más que por su gran compasión Dios nos otorgó vida en Cristo (Efesios 2:4-5).  

El Evangelio lo es todo para nosotros

Es por medio del Evangelio que somos salvos, y por el Evangelio que encontramos la seguridad en medio de las pruebas. El Evangelio nos habla acerca de un mensaje de gracia, la historia mas bella de todos los tiempos. Es a la vez “la noticia” las mas obscura y la mas gloriosa de toda la historia de la humanidad. Tenemos de un lado la severidad de nuestro pecado y del otro la santidad de la justicia de Dios. Asi como tambien tenemos el amor de Dios, manifestado en Jesucristo quien sufrió en la cruz a causa de pecadores que no merecian gracia.

El ejemplo de Pablo

Pablo también vivió grandes pruebas en la carne. La Biblia no da muchos detalles de esto, pero sabemos que Pablo sufrió bastante. Le suplico a Dios tres veces de que le quitara “esta espina” (2 Corintios 12:7-9). A lo cual el Señor respondió “Bástate en mi gracia” La gracia de Dios la cual hemos descrito previamente, fue suficiente para las pruebas de Pablo.

Es esta misma gracia que nos ha salvado y que es capaz de brindarnos esperanza. Es de esta gracia de la cual debemos acordarnos durante todas y cada una de las pruebas que pasemos. Corramos hacia Cristo, pongamos nuestra mirada en el Evangelio de Cristo  para poder encontra ahí la seguridad, la felicidad y la paz de la cual tanto necesitamos.

¡Que el Evangelio pueda estar en tus pensamientos todos los días!          

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Este es un artículo escrito por Benjamin E  originalmente publicado en La Rébellution un ministerio en Francia que tiene como meta “una rebelión de la juventud en contra de las expectativas mediocres de la cultura cotidiana”. Publicado con permiso del autor. Todos los derechos reservados.

Encuentre el artículo original en: Quand tout va mal… pense à l’Évangelie

*Traducido al Español por Ernesto Santiago