Hay una frase que, aunque no es correcta teológicamente, describe de manera hermosa el papel tan significativo que las madres tienen en las vidas de sus hijos, la frase dice: “Al no estar en todos lados, Dios creó a las madres.”
La maternidad es uno de los regalos más grandes que Dios le ha dado a la humanidad. Una madre amorosa y comprometida es indispensable para nuestro desarrollo, imagínate un mundo sin madres, sería un lugar triste y estéril. Las madres inculcan y cultivan características muy importantes en la sociedad de cada generación ya que es principalmente que los niños aprenden de sus madres las virtudes del sacrificio, de compartir valores con los demás, de tener compasión, de estar en comunidades, así como un sinfín de valores interpersonales y habilidades que nos permiten vivir unidos y en paz.
La mujer estas diseñada biológicamente para el cuidado. Durante el periodo de embarazo el cuerpo de una mujer se enfoca principalmente en nutrir, proteger y desarrollar la nueva vida que crece desde su vientre. Automáticamente, su cuerpo les da prioridad a las necesidades del bebé. Pero, este inherente regalo de autosacrificio no es solamente algo biológico. Una vez nacido el bebé, una madre continúa el sacrificio de sus propias necesidades para poder cubrir las necesidades de sus hijos y hará todo lo que este a su alcance para poder darle todo lo necesario a sus hijos.
Las madres también fueron diseñadas por Dios para cuidar y nutrir, no hay una fuerza más poderosa en la tierra que el cuidado y amor de una madre. Cuando el apóstol Pablo describió su amor por la iglesia en Tesalónica, él utilizó la metáfora del amor y cuidado de una madre para describir su amor por la iglesia. Pablo les recordó a las personas de Tesalónica que: “Más bien demostramos ser benignos entre vosotros, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos” (1 Tesalonicenses 2:7). De la misma manera cuando Dios describe su amor por Israel, lo hizo utilizando la metáfora de una madre diciéndoles que los consolaría como una madre consuela a sus hijos. (Isaías 66:13).
Se me viene a la mente los capítulos finales del libro bíblico de la sabiduría de los Proverbios, el mismo libro que ha ayudado a un sinnúmero de personas por miles de años a vivir una mejor vida, concluye con un gran tributo y testimonio para la mujer. Así como lo escuchan, las últimas palabras del libro de los Proverbios no hablan sobre Dios ni tampoco del hombre sino del hermoso, indispensable papel que juega la mujer en la creación de Dios. Después de treinta capítulos describiendo cómo llevar una vida con sabiduría de manera noble y justa, el libro de los Proverbios termina diciendo: “Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, también su marido, y la alaba diciendo: Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas. Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada. Dadle el fruto de sus manos, y que sus obras la alaben en las puertas” (Proverbios 31: 28-31).
La maternidad es una hermosa tarea y expresión que solo la mujer puede llevar. Ni uno solo de nosotros vino a este mundo sin una madre. Y en estos días en los que poder abortar a un futuro hijo o hija es tan fácil de hacer y aparentemente algo tan recurrente, el ser madre es una expresión de amor y una decisión consciente, deliberada por una mujer para responder a su llamado de una manera sacrificial y amorosa para participar con el Dios creador de todas las cosas y cuidar de la vida.
Este día de las madres espero que tomes el tiempo para darle las gracias a tu madre de una manera especial y sincera. Es cierto que no es perfecta, que cometió errores, pero siempre te dio lo que mejor que pudo hacer, te dio la vida. A todas las madres, yo les quiero agradecer por todo lo que han hecho cuidando, nutriendo y desarrollando a sus hijos e hijas para convertirse en personas buenas y responsables de la siguiente generación. Nuestro mundo no podría persistir sin ustedes. Muchas gracias por todo lo que hacen. ¡Feliz día de las madres!
Barrett Duke es el vicepresidente de política pública e investigación para la comisión de ética y libertades religiosas de la Iglesia Bautista del Sur.