E Pluribus Unum. En latín, significa, “uno para todos”, y probablemente lo has visto en el reverso del billete de un dólar. Pero hablar acerca de la unidad en latín y lograrla en español son dos cosas totalmente diferentes. En una era donde “Nosotros Las Personas” estamos dividiéndonos a nosotros mismos y haciéndonos enemigos de otros, la Cristiandad sirve como un modelo poderoso acerca de cómo personas muy diferentes pueden unirse de verdad. Todos tendemos a unirnos a grupos basados en nuestras semejanzas con otros. Raza, entrada económica, tendencia política e intereses son solo algunas de las cosas que si bien pueden unirnos también pueden separarnos. Incluso en la primera iglesia cristiana, los creyentes no solo superaron estas diferencias, sino que las usaron para su ventaja, construyendo una fe que probaría ser más fuerte y más unida que cualquier cultura o persecución. Es en Hechos 11 qué aprendemos acerca de esos creyentes en Jesús que fueron llamados por primera vez cristianos en la ciudad de Antioquía (Hechos 11:26) Sin necesidad de decirlo, el nombre encaja. ¿Qué más, aparte de ser llamados cristianos, tenían en común estas personas? ¿Qué otra cosa los unía? En Hechos 13:1, se nos da una lista con algunos de los líderes en esta iglesia, y es fascinante leer que tan diferentes son esas personas: