Mi plan anual: ser de Cristo
… llamados a ser de Jesucristo. Romanos 1:6b (RVR95)
Ruth Kempff, quien ya partió con el Señor, escribió un bello himno que dice: “Cristiano soy, yo soy de Cristo. Él me llamó, me buscó, me encontró, me rescató: ¡Soy de Cristo!” (CAS 50)
La letra de este himno combina perfectamente con la carta de San Pablo a los Romanos, donde él revela la verdad y alimenta nuestra esperanza en la vida eterna. Hemos sido llamados, buscados, encontrados y rescatados por y para ser de Jesucristo.
Al comenzar un nuevo año, no hay mejor propósito que dedicar cada día que tenemos por delante a vivir como hijos de Dios.
Ser propiedad del Señor significa tener la marca imborrable de Dios en nuestros corazones, y el sello impreso por el Espíritu Santo que anuncia que no somos de este mundo. Gracias a lo que Jesús hizo por nosotros, ya no pertenecemos al reino de las tinieblas, sino que hemos sido apartados por Dios para vivir bajo su luz admirable.
Cristo nos llamó por su evangelio para darnos perdón y salvación. Él nos buscó con misericordia cuando estábamos muertos en delitos y pecados, y nos encontró vagando perdidos en medio del mal. Finalmente, Cristo nos rescató para darnos perdón y vida eterna… ¡somos de Cristo!
El segundo propósito para el nuevo año es compartir esta verdad, de tal forma que no sólo usted y yo seamos de Jesús, sino que muchas más personas también sean llamadas a la fe y que la marca del Señor también sea grabada en sus corazones.
ORACIÓN: Padre celestial, te doy gracias porque durante los 365 días pasados me cubriste con tu amorosa protección. Te pido que hoy, mañana y siempre, estés a mi lado siendo mi Guardador. Amén.
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