No se angustien
En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy. Dijo entonces Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?' ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida', le contestó Jesús. ‘Nadie llega al Padre sino por mí.' Juan 14:2-6
Cuando somos jóvenes queremos independizarnos y dejar el hogar paterno para hacer nuestro propio camino en el mundo.
Pero, a pesar de habernos independizado, a menudo regresamos a ese primer hogar en fechas especiales como la Navidad y la Pascua, y quizás hasta asistimos con ellos a la iglesia para celebrar y adorar juntos.
En la iglesia escuchamos al pastor hablar de Jesús como la representación del amor, quien se ofreció a sí mismo para ser crucificado en nuestro lugar, para así rescatarnos de la condenación del pecado y de la muerte eterna.
Jesús nos ofrece un lugar nuevo para vivir ahora, y nos promete un lugar celestial para nuestro futuro. Un día él retornará para llevarnos a su casa, donde viviremos eternamente con él. "No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí" (Juan 14:1).
ORACIÓN: Te damos gracias, Señor, por haber enviado a tu Hijo a morir y resucitar por nosotros. Confiamos en tu promesa de la vida eterna junto a ti. En el nombre de Jesús. Amén.
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