Madera buena
Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas. Santiago 1:2
Al llegar a casa después del trabajo, me estaba esperando una tarea. Era una de esas cosas que mi esposa Pam tenía en su lista desde hacía mucho tiempo.
Resulta que Pam había comprado un escritorio antiguo de madera de segunda mano a muy buen precio, pero tenía un problema: el dueño anterior lo había pintado de amarillo. Y como el color amarillo no combina con el resto de los colores en nuestra casa, mi tarea es remover toda esa pintura hasta dejar al descubierto la madera buena que está debajo.
Esto parece ser lo mismo que Dios nos hace a las personas. Cuando nuestras vidas están pintadas con el pecado que no “combina” con la fe que nos ha dado el Redentor crucificado y resucitado, Dios se dedica a restaurarnos.
Es claro que ese no es un trabajo fácil... ni para la persona que va a ser transformada, ni para Dios, pues a nadie le gustan las pruebas. Y, contrario a la opinión popular, no es nada placentero para un padre, por más que sea el Padre celestial, corregir a sus hijos.
Por otro lado, para llegar a la ‘madera buena’ que Dios sabe que está por debajo, es necesario remover lo que la cubre.
Cuando pase por pruebas, recuerde que lo más probable es que Dios está removiendo la ‘pintura’ de su vida porque quiere llegar a la ‘madera buena’ que Él puso allí.
Y yo voy a tratar de recordar esta lección cuando comience a trabar esta noche en el escritorio amarillo.
ORACIÓN: Padre celestial, en los momentos de prueba ayúdanos a ver tu obra en nuestras vidas. Oremos como oró nuestro Salvador: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”. En el nombre de Jesús. Amén.
De una devoción escrita originalmente para “By the Way”
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