"Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. Pero entiendan est Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen". Mateo 24:42-44
Jesús entró en nuestro mundo en la quietud de esa primera Navidad. Así es como Dios hace las cosas, generando sorpresas, y así es como continuará haciéndolas.
Durante siglos ya, en la iglesia cristiana se observa esta época de Adviento, previa a la Navidad, en la cual se recuerda a los fieles acerca de las "señales de los tiempos". El Adviento se basa en la profecía de Jesús sobre los últimos tiempos, cuando él dice: "Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor", y llama a las personas a prepararse para su llegada.
La primera venida de Jesús, su primer Adviento, ¡fue una gran sorpresa! ¿Quien habría esperado que Dios hiciera las cosas de esa forma? ¿Enviar a su único Hijo a nacer como humano de una virgen en un minúsculo y oscuro pueblo para ser el Salvador del mundo? ¡La gracia de Dios sí que es una gran sorpresa!
Y su segunda venida será tan grande y tan sorprendente como fue primera. Pero esa vez no sólo será en gracia, sino también en gloria. Esa vez vendrá con los tambores y los truenos del juicio divino que fluye a través de las Escrituras y de la historia.
Pero la verdadera gran sorpresa es que Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único para que todo aquél que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
ORACIÓN: Sorpréndenos con tu bondad, Señor, y abre nuestros corazones para recibir todas las sorpresas que tienes preparadas para nosotros. Amén.
Rev. Dr. Oswald C.J. Hoffmann
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