Revestidos en Cristo
Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias; antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne. - Romanos 13:13-14
Aun cuando estamos perdonas gracias a la misericordia de Dios, los cristianos seguimos estando expuestos al pecado. El apóstol Pablo sabía esto cuando escribió a los cristianos en Roma que necesitaban vestirse "con el Señor Jesucristo," y no tomar parte en libertinajes siguiendo los malos deseos de la carne y cometiendo inmoralidades sexuales.
Comportarnos como cristianos significa mostrar amor hacia los hermanos en la fe, y compasión por aquellos que aún no conocen al Salvador. También significa reflejar ese amor y compasión en lo que hacemos y en la forma en que actuamos en cada momento. Para los cristianos, el abstenerse de participar en orgías, borracheras e inmoralidad sexual, debería ser una decisión fácil. Sin embargo, Pablo les recuerda a sus lectores que las primeras batallas comienzan en la mente: "no penséis en proveer para las lujurias de la carne."
Lamentablemente, no siempre seguimos su consejo. No sólo pensamos en los deseos de nuestra vieja naturaleza, sino que los acogemos, nos acostumbramos a ellos, los excusamos, y dejamos que tomen lo mejor de nosotros, pecando contra nuestro Dios.
Pero demos gracias a Dios por su Hijo Jesús, en quien encontramos perdón y una vida nueva que nos transforma en verdaderos testigos suyos. En él, y sólo en él, encontramos la completa victoria sobre "las lujurias de la carne."
ORACIÓN: Jesús, ayúdanos a confiar en el perdón que has ganado para nosotros en la cruz del Calvario, para que podamos ser libres para vivir una vida dedicada a ti. Vístenos con tu Espíritu Santo, y enséñanos a ser fieles testigos tuyos. En tu nombre oramos. Amén.
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