Hablando de puercos
Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. Salmo 91:9-10
"Los puercos también son personas", decía una camiseta que vi, y que se puede comprar en la Internet por $17.99.
Habiendo crecido en Chicago, yo no sé mucho acerca de eso. Por otro lado, parece que los humanos tenemos la capacidad de pescar algunas enfermedades de los puercos: particularmente la gripe porcina.
En caso de que usted se haya perdido los informes de noticias, la Organización Mundial de la Salud ha advertido a todos los países alrededor del mundo a estar en guardia sobre la gripe porcina que ya ha sido implicada en docenas de muertes humanas en América del Norte.
Margaret Chan, Directora General de la OMS, dice que esto podría convertirse en una "emergencia de salud pública de alcance internacional". Mientras que algunos brotes de gripe no son más que una tempestad en un vaso de agua, otros han llegado a ser epidemias que han cobrado las vidas de millones. Si la gripe porcina hará esto en los meses por venir es, por ahora, conjetura y especulación.
Por otro lado, nosotros sabemos que cuando el Señor es nuestra morada; cuando el Dios Trino es nuestro refugio, no hay plaga ni calamidad que nos pueda alcanzar.
Para los que piensen o digan que estas palabras significan que el cristianismo es una inmunización para cada enfermedad y problema, aclaro que no es eso lo que quiero decir. Aún Pablo, quien escribió el versículo que menciono aquí, sufrió en su propia carne una espina, aunque no nos dejó saber que era. La verdad es que los que tienen a Jesús como su Salvador, pueden estar seguros que Él siempre estará con ellos. A veces previene un problema; a veces nos libra de un problema; y, ocasionalmente, nos ayuda cuando pasamos por los problemas, incluyendo la gripe porcina. Aún con una espina en la carne, San Pablo pudo escribir con confianza: "¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!". (1 Corintios 15:57)
ORACION: Señor Jesús, te damos gracias por redimirnos, por estar siempre con nosotros, y por permitirnos tener en Ti la victoria sobre el pecado, la muerte, el diablo y los problemas de la vida. Ahora oramos que al ir pasando esta enfermedad, los que no sean afectados te puedan alabar. En tu nombre. Amén.
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