Abril 9
A salvo
Pero Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: “Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí, sino por ustedes mismas y por sus hijos.” Lucas 23:28
Mientras Jesús camina hacia el lugar donde será crucificado, lo sigue una gran multitud. Muchas mujeres iban llorando por él. Jesús se vuelve a hablarles.
Eso, en sí mismo, ya es sorprendente. Jesús ya ha sido azotado y está tan débil, que los soldados tuvieron que reclutar a un hombre para que llevara su cruz. En pocos minutos será clavado la cruz. Si hubiera un momento para que pensara en sí mismo, seguramente sería éste.
Pero no lo hace. Antes bien, se dirige a las mujeres que estaban llorando y les advierte que vendrán días terribles, que en pocos años el ejército romano destruirá Jerusalén y que su gente morirá de hambre y será asesinada. “Porque, si esto hacen con el árbol verde, ¡qué no harán con el árbol seco!” En otras palabras, si los seres humanos están dispuestos a asesinar al Hijo de Dios, ¿qué cosas peores harán en el futuro cuando él haya vuelto al cielo?
No sabemos si ellas recordaron esas palabras cuando comenzó la persecución en Jerusalén. Ojalá que sí, y que hayan podido escapar a tiempo. Pero sí sabemos que Jesús les dio una oportunidad de ponerse a salvo, tanto a ellas como a sus hijos.
Pero apenas unas horas después de esa conversación, hizo mucho más que eso. Porque al morir en la cruz, Jesús se convirtió en nuestra salvación, protegiéndonosdel poder de la muerte, del diablo y de todo mal, nuestra fortaleza y nuestra protección. Cuando estamos en problemas podemos refugiarnos en él, sabiendo que siempre nos ayudará. Jesús nunca nos fallará ni nos dejará solos.
LA ORACIÓN: Gracias, Señor, por ser nuestro refugio y salvación. Amén.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:
¿Qué lugar o persona (aparte de Jesús) te hace sentir más seguro?
¿De qué manera puedes ayudar a que otros encuentren salvación en el nombre de Jesús?
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