Un Día Entenderás…
Recuerdo que en uno de los momentos más difíciles de mi vida, cuando una mañana desperté y mi mundo había cambiado en cuestión de segundos y todos los sueños y planes, parecían desplomarse irremediablemente, sentí desplomarme, no hallaba fuerzas para ponerme en pie y continuar con mis tareas cotidianas, no percibía propósito para seguir soñando en un futuro y me era imposible encontrar una explicación a lo que estaba pasando. Me hallaba confundida, y pedía a gritos una explicación. En mi corazón aun en medio de tanto dolor yo estaba dispuesta a aceptar la voluntad de Dios pero necesitaba por lo menos conocerla.
Pero ni una palabra, Dios parecía estar muy ocupado y no había respuesta a ninguno de mis interrogantes, lo único fue una llamada de una persona amiga para regalarme un texto bíblico, que en verdad era el último verso que yo quería escuchar… Salmo 46:10, "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra". ¿Estar Quieta? Esas palabras retumbaron en mis oídos, si lo que más deseaba era hacer algo para solucionar lo que estaba pasando - aunque era completamente fuera de mi control- pero al menos quería gritar, llorar, enojarme, o hacer cualquier cosa pero no estar quieta. El mundo se me venía abajo y tenía que hacer algo. Me llené de interrogantes, no entendía como Dios podía causarme semejante dolor, cuando Él tenía toda la potestad para cambiar aquella circunstancia o sencillamente haberla evitado.
Entonces fue cuando cansada de llorar finalmente medité en la otra parte del texto, la más larga y las mas importante pero que en mi afán había pasado por alto; Dios me estaba diciendo que debía conocerle, comprender que por encima de todo Él era el Dios del cielo y de la tierra, soberano y poderoso y que aún en los momentos difíciles debía someterme a su perfecta voluntad, pues Él es Jehová. La exaltación a su nombre no podía depender de las circunstancias que yo atraviese, sino que es un mérito a su de su magnificencia y poderío ya que El está sentado en su santo templo reinando con toda autoridad, a pesar de los problemas y dificultades en que me encuentre.
Hoy, casi cinco años después, he entendido lo que es estar quietos; es aceptar la perfecta voluntad de Dios aunque vaya en sentido completamente opuesto a la nuestra. Dios me enseñó que no era indiferente a lo que me estaba pasando, pero que en su sabiduría había tenido que tomar medidas aunque me dolieran, pero era lo mejor para mí. Comprendí que no importa lo incomprensible de mi circunstancia Dios sigue siendo Dios y su nombre digno de ser alabado. Y descubrí que puedo exaltar su nombre en las buenas y en las malas pues su amor no se mide por las bendiciones sino por su infinita misericordia, ahora puedo decir como un día dijo Job; “Jehová dio y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21b)
Te invito a que aprendas a estar quieto y conocer a Jehová, no esperes tener todas las respuestas inmediatamente, solo confía en que no importa lo duro de tu situación Dios tiene control de tu vida y te mostrará su gloria para que puedas alabarle junto con el resto de la creación sobre la cual Él reina con autoridad.
Autora: Dilean Cañas
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