Nuestra Esperanza.

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Romanos 8:18

Cuando hablamos de aflicciones todos podemos entender este término a la perfección, lo que nos cuesta es hallar consuelo en medio de ellas. Que se le puede decir a los amigos o familiares cuando ves todas las situaciones difíciles por las que atraviesan, sabiendo que uno mismo está cruzando su propio desierto? Cuando miras alrededor y ves que cada uno está resistiendo su adversidad y a tus ojos no puedes calcular cual es peor en comparación a las otras, sencillamente concluimos que las dificultades no respetan raza, edad o creencias, lo que cambia es como cada uno las enfrentamos.

Nuestra esperanza es que en este mundo sólo estamos de paso, nuestra ciudadanía está en el cielo, hemos sido creados para mucho más que este tiempo en la tierra como mortales, fuimos hechos para una eternidad y la de los creyentes será al lado de nuestro amado Jesús, quien prometió que iba a preparar morada para nosotros y así poder habitar donde Él habita.  (Juan 14:2-3).Esta promesa no es sólo nuestro mayor consuelo, sino que allí reposa nuestra paz y esperanza. Podemos seguir adelante a pesar de las circunstancias, sabiendo que Él es fiel en cumplir su promesa que un día secará nuestras lágrimas, nos sentará en su regazo y sanará todas las heridas. Sabemos que el dolor que vivimos y experimentamos en este corto tiempo en la tierra, se queda extremadamente corto cuando lo comparamos con el gozo y plenitud que disfrutaremos eternamente en la presencia de nuestro padre Dios. Allí no habrá más dolor, tristeza ni temor, entenderemos el perfecto plan de Dios al crearnos y disfrutaremos la obra de las manos de Dios a la perfección, no habrá mal, sólo el bien y la misericordia de Dios reinarán para siempre.

En medio de tanto caos, resulta sencillo distraernos con las pruebas y desanimarnos, olvidar el galardón y desconocer la recompensa, pero no podemos volver atrás, renunciar no es una opción. Logremos fortalecernos en el Señor y apoyarnos en su diestra, tomar aire y seguir caminando hacia la meta, recordando siempre que cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios preparó para los que le aman. 1 Corintios 2:9,

Ánimo, esta prueba por la que hoy estas atravesando, también es pasajera.

Apocalipsis 21:3-4"Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron".

Dilean Canas

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