Efesios 5: 15-17
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.
Recuerdo un Huracán que azotó el estado de la Florida, Estados Unidos, aproximadamente seis años atrás. Este fenómeno natural golpeó con tanta fuerza el área en donde vivía con mi familia que estuvimos sin energía por casi dos semanas. Todo alrededor era caos, no había gasolina y tampoco era posible transitar por las calles, ya que estaban bloqueadas con escombros y muchos alambres de electricidad rotos, y todo esto significaba un peligro. Recuerdo los centros comerciales vacios pero vi la gente haciendo largas filas para comprar agua y víveres de primera necesidad. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue que durante esos días y con la ausencia de opciones para el entretenimiento, tuvimos la oportunidad de compartir en familia, jugar, reír, cantar, contar historias, saber como la abuela se conoció con el abuelo, y por supuesto meditar en la palabra de Dios juntos.
La errónea idea de que la vida sólo es una y hay que gozarla, nos ha hecho ignorar, en primer instancia la eternidad – ya sea con Dios o separados de Él – y segundo, nos ha guiado a malinterpretar el concepto de aprovechar bien el tiempo. Hoy en día vemos padres preocupados por ser exitosos en el trabajo, aun a expensas del tiempo que necesitan invertir en su pareja o hijos, y también vemos a los jóvenes pasar horas frente a un computador o videojuego sin hacer espacio para la familia o intimidad con Dios.
Muchas veces el ser humano tiene que pasar por situaciones difíciles para recordar que es lo importante en la vida, y en qué cosas vale la pena invertir su tiempo o esfuerzo. En medio de un desastre o enfermedad, todo cobra un valor diferente, y si no lo cree, pregúntele a un enfermo de cáncer terminal o a la víctima de un tsunami. Es tiempo para que dejemos de ser insensatos, administremos bien el tiempo y busquemos cual es el orden de prioridades para Dios. De acuerdo a la santa biblia, lo más importante para tu creador es la relación que tengas con Él y tu relación con tu prójimo, es decir; familia y amigos. (Estos son los mandamientos más importantes de la ley de Dios- Marcos 12:28-34).
El insensato, es aquel que en su afán, sigue su camino sin tomar en cuenta la voluntad de Dios, pero cuando todo sale mal, entonces regresa buscando un milagro que corrija su decisión de ignorar a su Hacedor. Pero el sabio es quien antes de tomar cualquier decisión viene delante del Todopoderoso y le pregunta cuál es su perfecta voluntad, qué planes tiene para su vida, y cómo ha dispuesto guiarle y conducirle, por lo tanto no perderá su tiempo, dinero o esfuerzo en actividades que no darán fruto, por el contrario, hará prosperar su camino y todo te saldrá bien. (Josué 1:8).
Para algunos el tiempo puede significar dinero, para el sabio significa la oportunidad para hacer la voluntad de Dios.
1 Juan 2:17 “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.
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