Conexión Vertical - 26 de Diciembre

 

Hace poco hablábamos de un partido de futbol en el cual los seguidores de determinado equipo, a pesar de llevar las camisetas y banderines de su equipo consigo, terminaron apoyando al equipo rival y como era de esperarse los comentarios cuestionando la actitud de estos aficionados no dudaron en hacerse públicos.  

 

La verdad es que tus acciones deben respaldar tu imagen, por eso el texto de colosenses invita a aquellos que se visten como escogidos, santos y amados de Dios a actuar de acuerdo a este gran título. Aunque lo más común que viene a nuestra mente es actuar con los demás conforme ellos actúan con nosotros, la palabra de Dios, nos invita a ser ejemplo de entrañable misericordia, la cual perdona y se compadece aun del que no lo merece y de benignidad con la que haces bien a todos sin importar quienes son o como se comportan contigo.

 

El amado de Dios, también debe amar, buscar la humildad, mansedumbre y paciencia; características que no se usan con aquellos a quienes amamos y soportamos, sino con personas que nos pagan mal, que se burlan de nosotros, con los orgullosos y altivos que parecen disfrutar al lastimarnos y nos hacen llorar, con aquellos que aunque se disculpen, probablemente volverán hacerlo de nuevo. Es precisamente bajo estas circunstancias donde te ejercitas en estos dones y en uno de los más importantes como lo es el perdón. Dios nos pide que perdonemos, y aunque tengamos queja contra ellos, es decir aunque haya una justificación muy válida para el resentimiento  que podamos sentir, debemos perdonarles así como Cristo nos perdono cuando estábamos perdidos en nuestros delitos y pecados y no reconocíamos la diferencia entre el bien y el mal (Efesios 2:1 – Jonas 4:11).

 

El versículo 14 de Colosenses continua diciendo: “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”. El amor fue lo que movió a nuestro salvador Jesús a dar la vida por un mundo que le rechazó, le torturó quitando toda hermosura de su rostro y le crucificó aunque Él nunca conoció pecado, y será el amor el que nos de la fuerza para actuar como Jesús actuó hacia hombres y mujeres que le causaron tal dolor. “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. (1 Pedro 4:8).

 

¿Cómo están tus vestidos hoy? Si has tomado la decisión de ponerte el “traje” de Hijo de Dios, entonces debes actuar a la altura de tu apellido. Recuerda que tu padre no esperó recibir para dar, sino que fue ejemplo en todo, aun con aquellos que no lo merecian.

 

“Aunque no puedes reemplazar a Dios, si te es posible recordarles que El existe, por medio de tus actitudes”.

 

Proverbios 17:9