Lea 2 Corinthians 5

En la lectura de hoy:

Vivimos por fe; el ministerio de la reconciliación; los creyentes no deben estar unidos juntos en el mismo yugo con los incrédulos; el ministerio de Pablo; la gracia de ofrendar

Nadie puede negar que estamos viviendo en tiempos de engaños y falsos compromisos y, por desgracia, muchos creyentes son tentados a buscar la satisfacción en las cosas que el mundo nos ofrece. Para darnos las respuestas a este problema, el apóstol Pablo ansiosamente nos hace cinco preguntas que merecen nuestra piadosa consideración porque ellas tienen consecuencias eternas para cada uno de nosotros. «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia (armonía) Cristo con Belial (Satanás)? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios Viviente» (II de Corintios 6:14-16).

Desde que hay un peligro verdadero de ser atrapado en los diferentes puntos de vista que hay en el mundo los cuales nos aprietan cada día, Santiago fue guiado a amonestarnos así: «¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?» (Santiago 4:4). Es muy importante que recordemos esto, desde que los creyentes y los incrédulos cada uno tiene un dueño diferente. El apóstol Pablo fue guiado a escribir: «Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira (la mente y las emociones) en las cosas de arriba, no en las de la tierra» (Colosenses 3:1-2).

Los creyentes son llamados a cumplir este mandato: «salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo (impropio); y Yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros Me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso» (II de Corintios 6:17-18). Para poder «(salir) de en medio de ellos» quiere decir, entre otras cosas, que debemos evitar estar involucrados con amistades que son incrédulas o de participar con ellos en actividades que nos alejan en cumplir lo mejor para con Cristo y Su iglesia, aunque sabemos que hemos sido llamados para amar a todas las personas tal y como Dios lo hace.

El apóstol Pablo entonces añadió: «Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios» (II de Corintios 7:1).

Pensamiento para hoy:

Es sólo por la gracia de Dios que somos algo o podemos hacer algo de valor eterno.

Versículo de la semana para aprender de memoria: Tito 2:14