El enemigo de Dios
Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Efesios 6:11
Un granjero rico y devoto del Medio Oriente pierde su hogar, su cosecha, su ganado, sus hijos y su salud. Un profeta del Antiguo Testamento ora a Dios durante tres semanas sin oír respuesta a sus oraciones. Un apóstol del Nuevo Testamento sufre durante años a causa de una dolencia y no encuentra alivio. Estas tres personas, aunque separadas por el tiempo, estaban unidas por una causa común como raíz de sus problemas: Satanás.
En el caso de Job, de Daniel y de Pablo, Satanás tuvo permiso de Dios para entrar en sus vidas y causar dolor, dudas y molestias. Es importante que los cristianos reconozcamos que Satanás no es un invento de Hollywood, sino un ser real que tiene por intención oponerse a Dios y a su pueblo en toda oportunidad.
La Biblia, sin embargo, también enseña con claridad que Satanás está atado. Puede ir solo hasta donde Dios se lo permita, y cumplir únicamente lo que encaje y sea apropiado a los planes y propósitos de Dios. Pablo explica en detalle cuál es la armadura espiritual del creyente contra los ataques de Satanás, en tanto Santiago resume esto en una oración: «Sométanse a Dios» (4:7).
La decisión consciente de ponernos bajo el señorío de Cristo es la más segura defensa contra los ataques del diablo.
© Editorial Vida 2007 (Dr. David Jeremiah)
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