Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. Mateo 1:24
Earl Weaver, antiguo entrenador de los Baltimore Orioles, tenía una regla: no se debía robar ninguna base sin que él diera la señal. El gran Reggie Jackson decidió robar la segunda base sin recibir la señal de Weaver. Y aunque Jackson tuvo éxito, Weaver lo llamó aparte después del juego y le explicó dos formas negativas en las que su «robo exitoso» había afectado el juego. Jackson solo había visto su propio deseo, en tanto que Weaver había mirado el juego completo.
A veces los que tienen autoridad nos piden que hagamos algo que no entendemos. Al igual que los niños, preguntamos «¿Por qué?» muchas veces. El cristiano en proceso de maduración aprende que Dios puede explicarnos sus razones en ocasiones, aunque otras veces no lo hace (Deuteronomio 29:29). Saber que Dios lo ve todo nos brinda un sólido fundamento para obedecerle.
Pensemos en José y en el momento en que supo que su prometida, María, estaba encinta antes de la boda. Aunque le causara humillación pública y le resultara difícil enfrentar a la gente, José obedeció el mandato de Dios de seguir comprometido con la joven.
Cuando nos sintamos tentados a ir en nuestra propia dirección, recordemos que Dios siempre está mirando el juego completo.
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