Proclamando la Palabra de Dios
Los que te temen me verán, y se alegrarán,
Porque en tu palabra he esperado.
Salmo 119:74
En 1631 un impresor inglés de la Biblia cometió un serio error: se olvidó de incluir la palabra "no" en uno de los Diez mandamientos. Su versión de Éxodo 20:14 decía: "Cometerás adulterio." Su edición de la Biblia llegó a conocerse como "la Biblia perversa." Lo multaron 300 libras esterlinas, y destruyeron todos los ejemplares de esa Biblia.
¿La moraleja del relato? Es maravilloso hablarles de la Biblia a otros, ¡pero hay que asegurarse de decirla precisión! Jesús comparó la Palabra de Dios a semillas que se siembran en un terreno. La condición del terreno, la profundidad del terreno, y factores del medio ambiente determinarán si las semillas brotan y a la larga dan fruto (Mateo 13:3-23). Y lo mismo es cierto de la Palabra de Dios. Muchos factores están fuera de nuestro control, pero lo que sí podemos controlar es si se proclama a otros la Palabra de Dios.
Creyentes y no creyentes necesitan la Palabra de Dios, así que no es simplemente cuestión de evangelización. Es cuestión de ser una persona que habla la palabra y la sabiduría de Dios a otros para atender las necesidades críticas del mundo de hoy.
Cuando personas con corazones receptivos descubren que sus palabras son las palabras de Dios, y no palabras de hombre, se regocijarán al verlo a usted.
© 2007 por David Jeremiah Momento Decisiv Momentos de Decisión en la Precensia de Dios
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