15-28 de Febrero
Juan, El Discípulo Leal
Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba a su lado. Juan 13:23
La palabra griega agape es una de las palabras más importantes en el Nuevo Testamento. Significa amor incondicional, el amor sin ataduras con el cual Dios nos ama. El paralelo hebreo de agape en el Antiguo Testamento, hesed, es menos conocido, pero no por eso menos importante. Significa amor leal y describe el eterno amor de Dios por su pueblo, Israel (y los descendientes espirituales de Israel, la iglesia).
La lealtad es un valor casi perdido en el mundo de hoy. Todo parece estar a la venta, incluyendo la amistad, el afecto y la devoción, que son componentes de la lealtad. Hasta los discípulos de Jesús descubrieron que les faltaba lealtad el día que Jesús fue crucificado... es decir, todos los discípulos menos uno. El discípulo llamado Juan parece haber tenido una devoción por Jesús que a los otros les faltaba antes de su resurrección. Juan fue el único del grupo original de discípulos que estaba parado ante la cruz en las horas finales de Jesús. Juan fue leal hasta el fin. Todo cristiano debiera preguntarse: «¿Yo habría estado allí con Juan? ¿Seré leal a Jesús, cueste lo que cueste?».
Cuanto más profundo sea nuestro entendimiento del agape de Dios, tanto más profunda será la manifestación de nuestro hesed.
© 2007 Editorial Vida (Dr. David Jeremiah)
Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba a su lado. Juan 13:23
La palabra griega agape es una de las palabras más importantes en el Nuevo Testamento. Significa amor incondicional, el amor sin ataduras con el cual Dios nos ama. El paralelo hebreo de agape en el Antiguo Testamento, hesed, es menos conocido, pero no por eso menos importante. Significa amor leal y describe el eterno amor de Dios por su pueblo, Israel (y los descendientes espirituales de Israel, la iglesia).
La lealtad es un valor casi perdido en el mundo de hoy. Todo parece estar a la venta, incluyendo la amistad, el afecto y la devoción, que son componentes de la lealtad. Hasta los discípulos de Jesús descubrieron que les faltaba lealtad el día que Jesús fue crucificado... es decir, todos los discípulos menos uno. El discípulo llamado Juan parece haber tenido una devoción por Jesús que a los otros les faltaba antes de su resurrección. Juan fue el único del grupo original de discípulos que estaba parado ante la cruz en las horas finales de Jesús. Juan fue leal hasta el fin. Todo cristiano debiera preguntarse: «¿Yo habría estado allí con Juan? ¿Seré leal a Jesús, cueste lo que cueste?».
Cuanto más profundo sea nuestro entendimiento del agape de Dios, tanto más profunda será la manifestación de nuestro hesed.
© 2007 Editorial Vida (Dr. David Jeremiah)
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