Alabemos hoy
Entren por sus puertas... con himnos de alabanza. Salmo 100:4 Hay que seguir una secuencia al orar? La oración ha de ser una conversación natural entre nosotros y nuestro Padre, y no se requiere un orden
específico. Por otro lado, la oración es nuestra más elevada actividad y no debemos llevarla a cabo sin pensarlo. ¿Entraría usted en presencia de un rey para comenzar a balbucear tonterías?
Isaac Watts, autor de muchos himnos en inglés, escribió un corto poema con
respecto al orden de la oración:
Clama a Dios, adora, confiesa Pide, ruega y luego declara Tú eres del Señor, da gracias y bendice Y deja que el amén confirme la oración. Comencemos la oración con adoración y alabanza. Hay personas que usan un himnario y comienzan su tiempo con el Señor cantando. Otros tienen una «lista de alabanzas» en su diario de oración.
Uno puede desarrollar el hábito de hacer una pausa al salir de casa por las mañanas para mirar el cielo agradecer a Dios por la belleza del nuevo día. ¿Cuántas veces mira usted el cielo azul, la suave lluvia o el
amanecer sin reconocer su genio creador? También hay personas que comienzan su día recitando. «Éste es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él» (Salmo 118:24). No importa qué forma elija, alabe a Dios en este día.
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