Una Oración para las Grandes Cosechas
 
Por Alistair Begg

“Entonces dice a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos” Mateo 9:37

Durante todo el año, cada hora de cada día, Dios nos bendice grandemente, cuando estamos dormidos y cuando estamos despiertos, su misericordia nos espera. El sol nos puede dejar un legado de oscuridad, pero Dios nunca deja de brillar sobre sus Hijos con rayos de amor. Como un río, su amabilidad amorosa siempre fluye, con una plenitud tan inagotable como su propia naturaleza. Como la atmósfera que rodea constantemente la tierra y siempre está lista para apoyar la vida de los hombres, la bondad de Dios rodea a todas las criaturas, en ella, como en su elemento, viven, se mueven y tienen su bienestar.

Así como el sol en los días de verano nos alegra con rayos más cálidos y brillantes que en otras épocas, y como los ríos en ciertas estaciones se hinchan por la lluvia, y como el aire mismo a veces se llena de brisas más frescas que en otras épocas, así es. con la misericordia de Dios; tiene sus horas doradas, sus días rebosantes, cuando el Señor magnifica Su gracia ante los hijos de los hombres. Los días alegres de la cosecha son una temporada especial de abundante favor. Es la gloria del otoño que los maduros dones de la providencia sean luego generosamente otorgados; es la temporada suave en la que disfrutamos de todo lo que esperábamos. La alegría de la cosecha es grande. Los segadores están felices de llenar sus brazos con la abundancia del cielo.

El salmista nos dice que la cosecha es la coronación del año. ¡Seguramente estas misericordias coronarias merecen una acción de gracias suprema! Reproduzcamos las emociones internas de gratitud. Dejemos que nuestros corazones se calienten; dejemos que nuestro espíritu recuerde, medite y piense en esta bondad del Señor. Entonces, alabemos con nuestros labios y honremos y engrandezcamos Su nombre, quien es la fuente de toda esta bondad. Glorifiquemos a Dios ofreciendo nuestros dones a su causa. Una prueba práctica de nuestra gratitud es una ofrenda especial de agradecimiento al Señor de la cosecha.

Señor, te agradezco las cosechas ricas en mi vida. Gracias por las bendiciones de sanidad, paz, alegría, hermosura, obra y juegos que rodean mi vida. Tu amabilidad amorosa hacia mí siempre fluye, y estoy tan agradecido. Señor, ayúdame a usar estas bendiciones para con otros. Ayúdame a tener ojos para ver a los necesitados y un corazón que anhela dar dones de gracia a otros, así como tú me has dado. En el nombre de Jesús. Amén.

Nota del editor: la siguiente es una versión resumida del devocional “Señor de la Cosecha” de La Verdad por la Vida con Alistair Begg. Para leer el devocional completo, sigue este enlace.