Una oración para los que se esconden

Por Jennifer Ikner Lowry

“¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma el SEÑOR—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el SEÑOR—.” Jeremías 23:24

Es curioso cómo, en los momentos en que nos atrapamos cayendo de nuevo a nuestra naturaleza instintiva del pecado, nuestra primera respuesta es escondernos de Dios. ¿Recuerdas cuando nos escondimos cuando eras niño? Sentimos que teníamos el escondite más perfecto del universo. Respiraríamos ese fuerte suspiro de alivio, pero que se encontraría minutos después, para nuestra frustración. Estoy levantando la mano para admitir que yo podría ser la que suspira con la comprensión de que no importa cómo pueda tratar de huir de Dios, él está en constante búsqueda de mí, porque me ama tanto. Escondí talentos dotados por Dios por miedo al rechazo. Pero me sacó de mi escondite, siempre tan suavemente. No era con una mano pesada o malicia. No fue con decepción o condena. Sólo escuché el susurro de la pequeña voz, “¿Estás lista ahora para compartir tu regalo?” Fue cuando levanté los ojos para buscarlo, cuando todo lo que quería era todo de mí desde el principio. Nos desafío a nosotros, tú y yo juntos, de una sola manera, a hacer más búsqueda y menos escondite. Es el camino que conduce a la alegría.

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Querido Padre Celestial,

Estoy listo ahora. Estoy listo para darte mis palabras, mi corazón, mis manos, mis pies, mi familia, mi vida. Estoy listo para que me uses de una manera poderosa y poderosa para servirte y aprender tus caminos. Sé que he escondido palabras que podrían haber llevado a otros a la gracia salvadora de tu Reino. Sé que podría haberme quedado callado en el pasado por miedo al rechazo, pero no me has rechazado, Oh Dios. Me has traído a la salvación que conduce a la vida eterna y a la esperanza. Me has puesto de rodillas en alabanza. Te agradezco, Señor, tu paciencia conmigo. Sé que a veces puedo ser débil, pero me apoyaré en tu fuerza. Podría luchar con ansiedad, pero rezaré por tu paz. Podría luchar con dolor, pero rezaré por tu curación. En vez de esconderme de ti, Señor, déjame esconderme en ti. Eres mi escondite y mi ayuda siempre presente en problemas. Gracias por llevarme a tu verdad. te amo. En el nombre de Jesús, Amén.

Jennifer Lowry es una chica de pueblo pequeño con un gran corazón para Jesús! Ella enseña en casa, es la madre de una familia mezclada de siete, una entrenadora de alfabetización a tiempo completo y autora. Sus títulos más recientes son Reto de 30 días para mamá: Criando corazones cristianos, y Un Romance Cristiano, 20 Semanas para vivir. Para obtener más información sobre Jennifer Lowry, echa un vistazo a su ministerio Everyday Mom Challenge aquí.