Una oración para que Dios haga lo imposible por los discípulos diarios
"Los apóstoles dijeron al Señor: '¡Aumenta nuestra fe!' Y el Señor dijo: 'Si tuvieras fe como una semilla de mostaza, le dirías a esta morera: 'Sed desarraigados y plantados en el mar'; y te obedecería." – Lucas 17:5-6
Abraham tenía 100 años y Sara tenía 90 años cuando Isaac nació. Tanto Abraham como Sara ya habían pasado la edad de tener hijos. Lo más probable es que no pudieran imaginar tener un bebé a una edad tan avanzada, pero Dios tenía un plan diferente. El Señor sabía la hora exacta en la que Sara tendría a Isaac y claramente sería una bendición milagrosa para su vida. A lo largo de los años, mientras el Señor seguía diciendo a Abraham de esa promesa, Abraham seguía creyendo y esperando que se cumpliera la promesa. Veinticuatro años después de que Dios prometió por primera vez un heredero de Abraham, tres hombres se presentaron en la puerta de Abraham. El Señor fue uno de los tres y reiteró de nuevo Su promesa de que sacarán a un hijo, un niño. Sarah reaccionó riendo. El Señor respondió con una pregunta: "¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?"
Abraham era un hombre de fe. Dios lo dijo y Abraham creyó lo que Dios dijo. Fe simple, pura y poderosa. Sara creyó en Abraham y confió en sus palabras, pero cuando el Señor apareció, le faltó fe para creer. Incluso se rio de lo que Dios dijo. Para nosotros, a veces es más fácil para nosotros creer en una persona o creer en una persona que confiar en Dios. Si Dios nos da una promesa, podemos tener dificultades para tratar de resolverla nosotros mismos. Lo más difícil es esperar al Señor para cumplirlo. Esperamos, nos preguntamos y a veces nos preocupamos, pero Dios siempre es fiel para cumplir Sus promesas. Nada es demasiado difícil para el Señor. Nada. Si lo dice, entonces lo hará.
Señor, eres fiel en todas las cosas. Tus promesas perduran para siempre, y no hay límite para tus milagros. En tus manos todas las cosas son posibles. Tú eres el que conquistó la muerte e hizo un lugar para nosotros en el cielo. Que nunca dejemos de cantar tus alabanzas. En tu nombre rezamos, Amén.
Nota del editor: La siguiente es una versión abreviada de ¿Demasiado difícil para el Señor? por Devocionales Diarios. Para leer el artículo completo, sigue este enlace.