Una oración para recordar la cercanía de Dios en tu sufrimiento
por Alistair Begg
"Y una voz salió de los cielos: 'Tú eres mi Hijo amado, en Ti estoy bien complacido'"– Marcos 1:11
¿Por qué Cristo fue escogido del pueblo? Habla, mi corazón, porque los pensamientos del corazón son los mejores. ¿No era para que pudiera ser nuestro hermano con la corbata más empapada de sangre afines? ¡Oh, qué relación hay entre Cristo y el creyente! El creyente puede decir: "Tengo un hermano en el cielo. Puedo ser pobre, pero tengo un hermano que es rico y es rey, y ¿me permitirá estar en la falta mientras esté en Su trono? ¡No! Me ama; Es mi hermano."
Creyente, usa este pensamiento bendito, como un collar de diamantes, alrededor del cuello de tu memoria; ponlo, como un anillo de oro, en el dedo del recuerdo, y úsalo como sello del rey, estampando las peticiones de su fe con confianza de éxito. Es un hermano nacido para la adversidad, trátalo como tal.
Cristo también fue elegido de entre las personas para conocer nuestros deseos y simpatizar con nosotros. Como Hebreos 4 nos recuerda, Cristo fue "en todos los aspectos tentado como somos, pero sin pecado." En todas nuestras penas tenemos Su simpatía. La tentación, el dolor, la desilusión, el cansancio, la pobreza-- Los conoce a todos, porque lo ha sentido todo.
Recuerda esto, cristiano, y deja que te consuele. Por difícil y doloroso que sea vuestro camino, está marcado por los pasos de vuestro Salvador; e incluso cuando llegues al oscuro valle de la sombra de la muerte y a las aguas profundas del Jordán hinchado, encontrarás Sus huellas allí. Dondequiera que vayamos, en todos los lugares, ha sido nuestro precursor; cada carga que tenemos que llevar una vez se ha puesto sobre los hombros de Immanuel.
Oremos…
Dios, cuando el camino se oscurezca y la vida se ponga difícil, recuérdanos que tú también sufriste y fuiste perseguido. Recuérdanos que no estamos solos, e incluso ahora nos ves. Ayúdanos a recordar que nos has allanado el camino. Has tomado el pecado del mundo sobre ti mismo, y estás con nosotros en cada prueba. En el nombre de Jesús, Amén.
Nota del editor: La siguiente es una versión abreviada de "Un hermano en el cielo" de Alistair Begg. Para leer el devocional completo, sigue este enlace.