Una oración para recuperar el aliento
Escrito por Max Lucado
“Seis días trabaja, pero el séptimo no trabajes, para que tu buey y tu asno descansen, y para que el esclavo nacido en tu casa y el extranjero que vive entre ti se refresquen”. Éxodo 23:12 (NVI)
Dios diseñó un tiempo para el descanso diario y semanal. Él le dijo a Moisés y a los israelitas: “Seis días haced vuestro trabajo, pero el séptimo día no trabajéis, para que descanse tu buey y tu asno, y para que el esclavo nacido en tu casa y el extranjero que viva entre vosotros sea refrescado” (Éxodo 23:12).
Esto no fue una sugerencia, recomendación o consejo práctico. Este fue un comando: ¡Descansa! Una vez a la semana, deje que el sistema se reinicie. Una vez a la semana, deje que toda la familia se desacelere. El israelita que violó esta ley pagó por el pecado con su vida.
Hoy en día, la “pena de muerte” sigue vigente, pero poco a poco proviene del exceso de trabajo, el estrés y la ansiedad.
La Biblia no ve el descanso como una señal de debilidad o pereza, sino como una señal de reverencia. Observar un día de reposo es anunciar: “Dios sabe lo que necesito más que yo. Si Él dice que descanse, descansaré ". Y, mientras lo hacemos, nuestros cuerpos y mentes se refrescan.
El descanso nunca ha sido más importante. Nos movemos a un ritmo demasiado rápido y nuestros grifos de adrenalina rara vez se apagan. Corriendo por vuelos nocturnos y agregando reuniones temprano en la mañana, estamos más allá de nuestros límites. La alta producción de adrenalina agota los tranquilizantes naturales del cerebro y prepara el escenario para una alta ansiedad. Muchos de nosotros aprendimos a asociar la relajación con la irresponsabilidad, por lo que es posible que necesitemos un nuevo cableado.
Estos son algunos consejos que he aprendido a probar:
- No exageres. Comprende tus límites. Si crees que no tienes límites, entonces tienes más que la mayoría de las personas.
- Una vez que llegues a tus límites, detente. No trabajes hasta que te caigas. Encuentra un ritmo de vida que funcione para ti y manténlo.
- Mantén descansos regulares durante el día. Las siestas son bíblicas.
- Dale un descanso a tu mente de la tecnología. Apaga, desenchufa, aléjate de las redes sociales, las noticias y todos los juguetes tecnológicos que agotan la energía.
- Aprende a relajarte. Relajarse es desconectarse y dejarse llevar. Una hora o un día de reposo no es el momento para ponerse al día con el trabajo. Es el momento de confiar mi trabajo a Dios. Después de todo, trabajó durante seis días y luego descansó. El mundo no se vino abajo. No lo será para mí tampoco.
Dios prometió suministrar maná a los hebreos todos los días. Pero les dijo que recolectaran solo el suministro de un día a la vez. Los que desobedecieron y recogieron lo suficiente para dos días se encontraron con el maná podrido. La única excepción fue el día anterior al sábado. El viernes, podrían recolectar el doble. De lo contrario, Dios les dio lo que necesitaban, en su momento de necesidad.
¿No tiene cada día su parte de desafíos? Algunos de ellos se repiten con el tiempo; otros son especiales de un día.
Aprendí que la clave de la tranquilidad y el verdadero descanso es enfrentar los problemas de hoy y no más, tratar cada día como una unidad autónoma. Estos son los problemas de hoy. Enfréntalos con la fuerza de Dios. Pero no tengo que empezar a abordar los problemas de mañana hasta mañana. Todavía no tengo la fuerza de mañana. Simplemente tengo suficiente por hoy. Y no puedo cruzar un puente hasta que lo alcance.
¿Entonces lo que hay que hacer?
Encuentra un lugar estacionario para los problemas del mañana. Cuando salgan a la superficie, escríbelos y mentalmente llévalos a un lugar estacionario y déjalos allí.
No exageres tus habilidades de afrontamiento. La energía emocional es finita. Date permiso para decir: “Lo resolveré mañana. Al amanecer, estaré lleno física y mentalmente. Cada día es un nuevo comienzo, así que comenzaré de nuevo por la mañana”
Cierre la puerta del ayer y no toques la puerta del mañana.
Ya no tienes el ayer. Aún no tienes el mañana. Solo tienes el hoy. ¡Vívelo!
Querido Señor, libérame de la necesidad de estar ocupado persiguiendo un sentido de autoestima. Hazme seguro de quién eres y quién me has hecho para ser, y como resultado, enséñame lo que significa descansar de verdad. Ayúdame a recuperar el aliento. En el nombre de Jesús. Amén.
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Nota del editor: este contenido fue adaptado del artículo original "Recupera el aliento" para Motivación Diaria.
Max Lucado is a San Antonio, TX pastor and best-selling author. He is hosting a free online church and Bible study Facebook/MaxLucado. For more go to www.MaxLucado.com.