Una oración para venir a Jesús, así como eres
Por Rachel-Claire Cockrell
“Respondiendo Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” Lucas 5:31-32.
Necesitamos a Jesús porque somos pecadores. Esto no está confinado a los pequeños pecados que pueden arreglarse. Esto aplica a TODOS los pecados. Ponemos tanta presión en nosotros mismos, pero la verdad es que necesitamos a Cristo. Lo necesitamos porque no podemos vivir en absoluto de la forma en que se nos llama a vivir por nuestra cuenta.
No deberíamos mirar mal a las personas perdidas por pecar. Esa es la cosa más hipócrita que podríamos hacer. Nunca debemos olvidar que una vez nosotros también estuvimos perdidos. Una vez nosotros también nos ahogamos en nuestro propio pecado. Y no sé tú, pero yo aún lucho para mantener mi cabeza sobre el agua cada día. Estamos rotos, somos pecadores. Jesús llega y lo cambia todo. Si tuviésemos la capacidad de cambiarlo nosotros mismos, no lo necesitaríamos. Él no habría tenido que morir en la cruz. Nada de eso sería necesario si pudiésemos “arreglarnos” por nuestra cuenta.
Lo maravilloso de Jesús es que él cambia algo fundamentalmente dentro de nosotros. Es un cambio que no puede describirse con palabras, solo puede ser experimentado. No tienes que cambiar por Jesús. Él es quien te cambia.
Incluso todos los que hemos aceptado que Jesús no es perfecto. Necesitamos darnos un respiro, a nosotros mismos y a los demás. Necesitamos reconocer que, sí, tenemos que vivir bajo un cierto estándar para ser cristianos, pero Jesús mismo trata el perdón primero. Él perdona antes de cambiarnos, y sigue cambiándonos una y otra vez.
Tenemos que recordar que simplemente somos humanos. Tenemos que recordar por qué necesitamos a Jesús y por qué su sacrificio fue necesario. Tenemos que recordar que el verdadero cambio del corazón requiere de una intervención sobrenatural, no humana. Tenemos que recordar no hacer las cosas en el orden incorrecto.
Jesús primero. Aceptar a Jesús es el primer paso y el más importante. Él iniciará el cambio luego de que alguien lo acepte en su corazón.
Espero que esto te motive cuando te equivoques. Vamos a caer. No deberíamos revolvernos unos con otros en el sucio o mirarnos de malas formas mientras caminamos juntos. Deberíamos ayudarnos unos a otros. Oremos por la gracia que necesitamos cuando hemos caído:
Señor, gracias porque eres el único que puede cambiarme. Gracias porque no tengo que cambiarme a mí misma, Gracias por morir para que pudiéramos tener una vida. Ayúdame a no juzgar a otros en pecado, sino a tratarlos con amor y compasión. Ayúdame a venir a ti, así como estamos: rotos, imperfectos, pero completamente vivos y sanados por el poder de tu sangre en la cruz. ¡Gracias Jesús! El evangelio trae buenas noticias. Ayúdame a vivir por eso cada día. Amén.
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Nota del Editor: Este artículo fue adaptado del devocional Por qué Jesús quiere que vengas a Él justo como eres de Rachel-Claire Cockrell. Puedes leer el artículo completo acá.
Rachel-Claire Cockrell is a wife, a writer, and a high school English teacher. She is passionate about her students and does her best to exemplify the love of Christ to those kids who may not experience it anywhere else. She and her husband live in Arkansas. Follow her blog at https://rachelclaireunworthy.com/ or on Facebook.