Una oración por la verdadera luz de la Navidad
Escrito por Tim Chester
"Estaba en el mundo, y aunque el mundo se hizo a través de él, el mundo no lo reconoció. Llegó a lo que era suyo, pero el suyo no lo recibió." - Juan 1:10-11
Si este fuera un mundo de luz, sería fácil ver la verdad sobre Jesús. Pero este es un mundo en tinieblas, en el que Jesús se pasa como la verdadera luz (v 9). Los versículos 10-11 nos recuerdan por qué necesitamos luz, porque vivimos en tinieblas.
Esto significa que para "ver" el reino de Dios —para entender su naturaleza y acoger su venida— es necesario poder ver en la oscuridad. Para eso, necesitas ayuda, necesitas el Espíritu de Dios para hacerte una nueva persona con nuevas perspectivas. Jesús dice que necesitas nacer de nuevo (Juan 3:3-8).
Jesús ofrece vida eterna a los súbditos rebeldes. Pero preferimos la oscuridad y la muerte a la vida en la luz. No queremos admitir que necesitamos al Rey en la cruz, muriendo por nuestros pecados. Como resultado, la cruz parece el epítome de la vergüenza para nosotros en lugar del epítome de la gloria. Llamamos luz de oscuridad, y oscuridad ligera. No reconocemos la luz que nos ha llegado.
Sólo el Espíritu de Dios puede abrir nuestros ojos a la luz verdadera. Sólo el Espíritu de Dios puede permitirnos reconocer y recibir la verdad de estas palabras con gozo: "La verdadera luz que da luz a todos venía al mundo".
Meditar:
Estaba en el mundo, aunque el mundo se hizo a través de él,el mundo no lo reconoció. Sin embargo, con los males del pecado y de las luchas El mundo ha sufrido mucho tiempo; Debajo de la tensión del ángel han rodado dos mil años de mal; Y el hombre, en guerra con el hombre, no oye el canto de amor que traen; Calla el ruido, hombres de lucha y escuchad a los ángeles cantar. (Llegó sobre la medianoche clara)
Oración:
Dios Eterno, la luz de las mentes que te conocen, el gozo de los corazones que te aman, y la fuerza de las voluntades que te sirven: concédenos para que te conozcamos para que realmente te amemos, para amarte para que realmente podamos serviros a ti, cuyo servicio es la libertad perfecta; por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
(Augustine de Hipona, 354-430)
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Nota del editor: Contenido tomado del artículo “Cuando prefieres la oscuridad a la luz”, escrito por Tim Chester. Puedes leer esa pieza completa aquí. Todos los derechos reservados. Utilizado con permiso de The Good Book Company.