Una oración por los abrumados

por Jennifer Rothschild

"Desde los confines de la tierra, os clamo pidiendo ayuda cuando mi corazón está abrumado. Llévame a la imponente roca de la seguridad." Salmo 61:2 (NLT)

A veces no podemos cambiar todas las cosas de nuestras vidas que se sienten más grandes de lo que podemos manejar. ¡Pero, lo que se siente más grande es que tú sigues siendo insignificante en comparación con la roca que es más alta que tú!


Cuando me siento abrumado y sub-calificado y fuera de clase, estoy aprendiendo a no huir de mi estrés. ¡También estoy aprendiendo a no correr a una bolsa de chocolate!

¡En cambio, estoy aprendiendo a correr hacia Dios —hacia Su Palabra— en medio de mi estrés!

Cuando corro a la Palabra de Dios, incluso un verso, encuentro que Dios es mi "refugio y fuerza, una ayuda siempre presente en los problemas" (Salmos 46:1, NIV). Cuando corro hacia él, encuentro que mi refugio no es un escape de mi estrés. Dios es mi refugio. Me recuerdan una vez más que mi fuerza no viene de mí y mi resistencia o unidad. Mi fuerza proviene del Señor.

Es la roca que es más alta que yo. Cuando corro a Su Palabra, descubro que Su ley es "mi deleite" y me protege y me evita enloquecer totalmente o rendirme o desmoronarme. (Salmo 119:92) Realmente es la Roca que es más fuerte y más alta que cualquier cosa que tú y yo enfrentemos.

Si sientes la necesidad de huir, ata las zapatillas de running más lindas, ¡y ve por ella! Corre hacia los fuertes brazos de Jesús. Es tu fuerza. Es tu Roca. Es tu refugio.

Y, cuando te encuentras protegido en la verdad de Su Palabra y en el santuario de Su presencia, ¡todo el estrés que te abrumó y se sintió más grande de lo que de repente se encoge hasta el tamaño de guijarro que realmente es!

La Palabra de Dios te da la perspectiva que necesitas. La presencia de Dios te da la paz que necesitas, así que huye hermana... correr a la roca que está esperando para refugiarse y resolver.

Señor, cuando mi corazón esté abrumado, envuélveme con Tu paz. Llévame a ti, mi roca. Guíame a Tu Palabra que me da fuerza y refugio. Ayúdame a no correr a cosas menores. Dibuja que corra hacia ti primero. Ayúdame a tener el hábito de tomar mi "abrumado" y ponerlo bajo tu voluntad. Gracias, Señor. En el nombre de Jesús, Amén.

Nota del editor: Contenido tomado del devocional Motivación Diaria, "A dónde correr cuando estás abrumada", escrito por Jennifer Rothschild. Puedes leer esa pieza en su totalidad aquí. Todos los derechos reservados.