Una oración del día por los padres de preadolescentes
Por Meg Bucher
Me enfurece la falta de puntualidad de mi hija mayor, cuando abrí la puerta del auto y me abalancé sobre ella. Su hermana pequeña estaba sentada sola en el asiento trasero, y las lágrimas de preocupación corrían por su rostro. Aturdida al ver a su mejor amiga salir corriendo de su vista, su voz de siete años estaba tan aterrada como sus ojos.
“¡No sé a dónde fue!”
El motor zumbó y la puerta se abrió de par en par, mientras yo revisaba el patio. Llamamos por su nombre y buscamos en los escondites. Destellos de niños desaparecidos pasaron por mi mente mientras corría por el borde de nuestra propiedad. Con la boca abierta, acababa de caer en la peor pesadilla de todos los padres.
“Mi hija está ... desaparecida”, logré verbalizar, mientras me lamentaba en oración para que Dios la protegiera.
¿Cómo habíamos llegado hasta aquí?
Esa mañana, permití que me afectara lo único con lo que mi hija me hacía perder mi paciencia para librar una guerra contra su estado emocional preadolescente. Mientras explicaba a los tres policías estacionados al final de nuestro camino ese día, una culpa por haberle fallado se apoderó de mí.
“Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.” Efesios 6:4 (El Mensaje)
La palabra griega original, parorgizo, significa “despertar a la ira, provocar, exasperar, enojar”. (Strongs 3949) Exasperar significa “excitar la ira de”. (Merriam Webster). La única vez que se usa "parorgizo" en la Biblia es en Romanos 10:19, “Con un pueblo insensato te enojaré”, en el cual Pablo desenterró la pregunta Deuteronomio 32:21 sobre los judíos que de vista la verdad ante sus ojos
Bloquear nuestras experiencias pasadas nos hace carecer de empatía por lo que están pasando nuestros hijos. En nuestra impaciencia humana, nos centramos en el comportamiento. Es fácil dejarse atrapar por cómo deberían estar actuando nuestros hijos, pero es más importante orar por el propósito de Dios para quienes son.
Mi hija corrió calle arriba ese día, pero había corrido media milla hasta un sendero arbolado antes de darse la vuelta.
“Solo necesitaba un lugar tranquilo para pensar”
“Tómalos de la mano mano y guíalos…” En lugar de provocar su ira, los preadolescentes necesitan que les enseñemos cómo correr hacia Cristo en momentos abrumadores.
Padre,
Alabado seas por los preadolescentes, y todo lo que tienen que enseñarnos sobre nosotros y su amor por nosotros. Gracias por regresar a casa a estos pródigos y escapados de manera segura, y bendice a aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de dar la vuelta y correr a casa o a un lugar seguro antes de que les ocurriera algún daño
Padre, hoy te pedimos perdón por no tener la paciencia y la compasión que nuestros hijos merecen. Ayúdanos a operar por el poder del Espíritu Santo, especialmente en esos momentos acalorados cuando estamos al borde de nosotros mismos. Dirige a la próxima generación a la oración compasiva en momentos de desamor. Enséñales a correr hacia Ti, nuestro Sanador y nuestro Consolador.
Jesús, corre tras los corazones de nuestros hijos y aquellos que llevamos a Tus pies. Abrázalos con ánimo a través de nuestras vidas.
En el nombre de Jesús,
Amén.
“Megs” escribe sobre la vida cotidiana en el amor de Cristo. Salió de su zona de confort y de su carrera de mercadotecnia para obedecer el llamado de Dios de quedarse en casa y ser “mamá” en 2011. De ese paso de obediencia nació su blog, Sunny & 80, una forma de conservar los divertidos momentos cotidianos de maternidad. (https://sunnyand80.org) Meg también es escritora independiente y autora de “Amiga de Todos”. Le encanta enseñar la Palabra de Dios y dirigir su estudio bíblico los lunes por la mañana, ser madre, correr a distancia y tomar fotografías. Meg reside en el norte de Ohio con su esposo, dos hijas y Golden-Doodle ... todos los fanáticos ávidos de los Cleveland Browns.
Meg writes about everyday life within the love of Christ as an author, freelance writer and blogger at Sunny&80. Her first book, “Friends with Everyone,” is available on amazon.com. She earned a Marketing/PR degree from Ashland University, but stepped out of the business world to stay at home and raise her two daughters. Besides writing, she leads a Bible Study for Women and serves as a Youth Ministry leader in her community. She lives in Northern Ohio with her husband, Jim, and two daughters.