Tema de la Semana: El Carácter de Dios

Para vivir la vida cristiana es vital que nosotros, como hijos e hijas del Dios altísimo, permitamos que nuestros sentimientos sean avivados por la naturaleza amorosa y poderosa de nuestro Padre celestial. Muy a menudo sentimos que Dios está distante o separado de nosotros. Con demasiada frecuencia, permitimos que los conceptos erróneos o las mentiras coloquen una brecha entre nosotros y nuestra experiencia con Dios. Solo cuando nos recordamos a nosotros mismos el carácter de Dios, esas mentiras se rompen y se nos abre un camino para que encontremos su amor tangible. Esta semana abre tu corazón y tu mente y recibe una nueva revelación de la bondad de Dios. Permite que tus sentimientos se aviven y que tu corazón se llene con el deseo de buscar el rostro de tu Padre celestial.

Dios es bueno

 Pasaje Bíblico: “Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes”. Salmo 27:13

Devocional: 

Dios es bueno. ¿Qué emoción despierta ese hecho en ti? Sé que para algunos esta frase suscita una alegría indescriptible, mientras que a otros parece no emocionarlos en absoluto. Creo que el problema para muchos de nosotros es que la frase "Dios es bueno" se dice con mucha frecuencia, pero se la experimenta poco. A muchos de nosotros se nos viene diciendo que Dios es bueno desde una edad temprana, pero rara vez quizás se nos dio la oportunidad de experimentar esa bondad. La bondad es algo destinado a ser vivenciado y luego creído, no al revés.

David dijo que vería la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Ya había visto la bondad de Dios en su vida y creía que volvería a verla. Sabía a ciencia cierta que Dios era bueno y, por lo tanto, buscaba experimentar esa bondad. Es el mismo corazón que los Hijos de Coré tenían en el famoso Salmo 84, cantando: “¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos. Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida… Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos”.  (Salmo 84:1-2,10). Esto suena como la adoración a un Dios que es bueno, y cuya bondad ya pudo ser experimentada.

¿Cuándo fue la última vez que experimentaste la bondad de Dios? El Salmo 33:5 dice: “Llena está la tierra de su amor”. La bondad de Dios está aquí, solo esperando ser experimentada. Santiago 1:17 dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras”. ¡Dios siempre es bueno, y todo regalo bueno y perfecto que has recibido proviene de él! Dios demuestra su bondad hacia nosotros de innumerables maneras, todo el tiempo. ¿Cómo es entonces que no lo reconocemos? ¿Cómo es que podemos estar rodeados por la bondad de Dios y no experimentarla?

Dios ha demostrado en la Biblia que obra entre nosotros probando constantemente su bondad, pero debemos tomarnos el tiempo de escuchar y responder a estas manifestaciones. En el Salmo 27 (RV60), Dios le dice a David: "Buscad mi rostro", y David responde: "Tu rostro buscaré, oh Jehová". Cuando Dios usa la palabra "buscad" lo hace con un vocablo hebreo que está destinado a más de una persona. Dios nos llama a todos nosotros, a su pueblo, a "buscar su rostro". Luego, en respuesta, debemos decir: "Tu rostro buscaré…".

Toma tiempo hoy para responder a la invitación del Dios de la bondad. Busca mirar su rostro y experimentar esa bondad. Él ha puesto una mesa de banquete delante de ti y simplemente te está pidiendo que vengas a cenar con él.    

Guía de Oración: 

1. Tómate el tiempo para tranquilizarte y recibir la presencia de Dios. Medita en este versículo:

“Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha”. Salmo 16:11

2. Responde a su bondad diciéndole al Señor:

“El corazón me dice: ‘¡Busca su rostro!’. Y yo, Señor, tu rostro busco”. Salmo 27:8

3. Haz tuya la oración de David hoy:

“Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo”. Salmo 27:4

Tómate un tiempo para hacer tuya esta oración a lo largo de tu día. Memorízala. Escríbela en tu corazón para que puedas experimentar la bondad de Dios a lo largo del día. Solo toma un minuto recibir su presencia y tener la alegría y la paz que solo se pueden encontrar en Cristo Jesús.

Lectura Complementaria: Salmo 27

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