Tema de la Semana: La Vida Abundante

A través de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús se nos ha brindado la oportunidad de vivir una vida increíblemente abundante aquí en la tierra. Nuestro Dios está más cerca, es más tangible y tiene más capacidad para dar a conocer su presencia de lo que nos damos cuenta. Él anhela hacer que sus hijos estén más en sintonía y que sean más conscientes de la profundidad de su amor, guía, empoderamiento y cercanía. Él desea que nuestros días aquí en la tierra estén marcados por la comunión cara a cara con él. Mientras vemos cómo es vivir una vida abundante aquí en la tierra, oro para que tu corazón se despierte a la realidad de la presencia y el amor de Dios en tu vida.

A Dios le importa nuestro presente

Pasaje Bíblico:“Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”. Mateo 6:34

Devocional:

Tiempo atrás solía ver mi relación con Dios como una línea recta de progreso espiritual. Mi objetivo al pasar tiempo a solas con él, con otros creyentes en la iglesia y en el trabajo, era intentar hacer que el camino a través de esta línea de crecimiento espiritual fuera lo más rápido y lo menos dolorosa posible. Me frustraba cada vez que me quedaba colgado de algún problema o pecado y no podía experimentar la libertad con la rapidez suficiente. El tiempo que pasaba con Jesús tenía más que ver con cómo Dios podía cambiarme que con cuán profundamente ya me amaba.

Desafortunadamente, vivimos en un momento donde la velocidad y el progreso lo son todo. Perdemos la paciencia tan pronto como un mesero demora demasiado en traernos la cuenta, cuando una luz roja tarda treinta segundos más de lo que queremos, cuando un conductor hace que lleguemos cinco minutos más tarde a nuestro destino, o cuando una conversación interrumpe la apretada agenda de nuestro día. Y, dolorosamente, hemos permitido que nuestra cultura moldee nuestra perspectiva del corazón de Dios en lugar de permitir que su palabra y su Espíritu revelen lo increíblemente paciente que es.

1 Corintios 13:4-7 dice: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Cada uno de estos aspectos del amor encuentra su perfecta realización en el corazón de nuestro Padre. Nuestro Dios es paciente y amable. Él lleva nuestras imperfecciones con amor y gracia, cree de todo corazón en nosotros, está lleno de esperanza sobre quiénes somos y soporta con alegría nuestro proceso de santificación.

Ya ves, a nuestro Padre celestial le importas profundamente hoy. Él no está esperando que te vuelvas un poco más santo para derramar todo su amor y su alegría sobre ti. No está frenando la satisfacción que siente simplemente al vivir en relación contigo hasta que finalmente superes cierto pecado. Él ama y anhela la comunión cara a cara contigo en este mismo momento.

Si esperamos hasta que lo tengamos todo para acomodarnos al ritmo de esta vida, encontrar la paz y disfrutar plenamente de Dios, nunca experimentaremos la riqueza de la vida abundante que está disponible para nosotros de este lado del cielo. Mateo 6:34 dice: “Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”. Ten paciencia contigo mismo y con los demás como lo hace tu Padre celestial. Tómate un tiempo para recibir su perspectiva perfecta para hoy. Dale a tu relación con él toda la energía que tienes y no desperdicies nada en las preocupaciones frívolas del mañana.

Tómate un tiempo en la oración guiada para permitir que tu Padre te abrume con el amor que siente por ti ahora mismo, tal como eres. Experimenta hoy la paz y la alegría que solo se pueden encontrar cuando rindes la totalidad de su vida, el desarrollo espiritual y los planes futuros a tu fiel Pastor y simplemente lo sigues a pastos verdes y aguas tranquilas. Él promete que habrá más pastos verdes mañana. Él promete guiarte fielmente todos los días a la plenitud de la vida por la que murió. Tu único trabajo como su oveja es confiar en él, dejar que te ame y cuide, y seguir su guía perfecta. Que puedas beber profundamente de las aguas vivas del amor de Dios mientras descansas en presencia de tu amoroso Pastor.

Guía de Oración:

1. Medita en la paciencia y el amor que Dios tiene por ti en el presente. Permite que la Biblia te lleve a desear encontrarte con Dios plena y abiertamente tal como eres.

“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 1 Corintios 13:4-7

“Así que no se preocupen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos vestiremos?’. Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas”. Mateo 6:31-34

2. ¿Qué carga estás llevando que está basada en el futuro y no en el presente? ¿Por qué cosas estás luchando, que no se encuentran en los verdes pastos a los que Jesús desea guiarte hoy?

“Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca”. Santiago 5:8

3. Pídele al Espíritu Santo que te guíe a vivir en el presente como un estilo de vida. Pregúntale cómo hacer para deshacerte del miedo al mañana y experimentar la vida abundante que está disponible para ti en el presente. Tómate un tiempo para descansar en la presencia de Dios y descubrir la paciencia que tiene contigo.

“Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia”.Salmo 37:7

“Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada”. Santiago 1:4

Tu Padre celestial está sin lugar a dudas moldeándote y formándote a través de un proceso de desarrollo espiritual para que seas más como Jesús. Él tiene planes perfectos para tu santificación para que puedas tener un mayor sentido de su amor al final de cada día. Pero ese proceso está definido por vivir diariamente en el presente y por estar totalmente comprometido con Dios a cada momento. Deja la planificación y la guía a su disposición y solo síguelo a los pastos verdes y las aguas tranquilas todos los días. Busca la relación con él y permite que los encuentros diarios y consistentes te moldeen y transformen en un mayor reflejo de tu Buen Pastor. Que hoy encuentres paz, alegría y paciencia viviendo en el presente.

Lectura Complementaria: Santiago 1

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