Tema de la Semana: Jesús Nuestro Rey

Qué regalo tenemos en Navidad. Dios mismo se hizo carne y habitó entre nosotros para que pudiéramos encontrar una relación eterna en él. Su venida sirve como un recordatorio continuo de su gracia y su búsqueda de nosotros, los que estamos perdidos sin él. Al mirar a Jesús esta semana para celebrar quién es él y lo que ha hecho, que puedas hallar una alegría profunda y una esperanza vivificante.

El Rey de reyes

Pasaje Bíblico:

“En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16

Devocional:

El destino de tantas naciones ha descansado históricamente en la fuerza de sus líderes. Desde Genghis Khan y Alejandro Magno hasta el rey David, consideramos a los reyes como los catalizadores de la victoria o la derrota, el éxito o el fracaso.

La Biblia nos dice en Apocalipsis 19:16 que nosotros, como el pueblo de Dios, encontramos nuestro destino en el Rey Verdadero. La Escritura dice: “En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. Isaías 9:6-7 dice:

“Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor Todopoderoso”.

Esta época de Navidad celebramos la verdad de que nuestras vidas están escondidas en Cristo (Colosenses 3:3). Nuestro destino está envuelto en el suyo. Nuestra victoria y nuestro éxito están asegurados porque nuestro Rey está sentado en el cielo. Él es sublime y exaltado, y su corazón está lleno de amor constante por nosotros, su novia.

Si tu futuro se siente incierto, si tu corazón está lleno de ansiedad, busca solo a tu Salvador en cuya túnica y muslo está escrito, “Rey de reyes y Señor de señores”. Si la cosa más alejada de tu corazón parece ser la paz, mira a Jesús, a quien la Biblia llama “Príncipe de paz”. Si te sientes pesado y agobiado por el peso y el cansancio de este mundo, mira a Dios, nuestro “Consejero admirable”.

El deseo de Dios es estar cerca de ti en este momento. Su propósito es acercarte a él y recordarte que eres suyo y que nunca te dejará ir. A veces, todo lo que necesitamos para pasar el día es una pequeña perspectiva. A veces, todo lo que necesitamos para experimentar la victoria sobre nuestras circunstancias actuales es recordar que Jesús ya nos ha ganado.

Tómate hoy un tiempo para llevar tus preocupaciones y cargas a los pies del “Rey de reyes”. Permítele que declare sobre ti tanto su amor incesante como su poder ilimitado. Que encuentres abundante paz hoy en la persona de Jesús.

Guía de Oración:

1. Medita en lo que dice la Biblia acerca de tu Salvador.

“En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16

“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Juan 10:10

2. ¿Qué preocupaciones te pesan hoy? ¿Qué te impide la vida abundante que Jesús vino a traerte?

3. Lleva tus preocupaciones a Jesús en oración. Pídele que te revele quién eres en él. Tómate un tiempo para descansar en su amor y en su cercanía inquebrantable.

“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. 1 Pedro 5:6-7

Tú y yo fuimos hechos para mirar a alguien o algo que nos guíe. No estamos creados para gobernar nuestras propias vidas. Si no miramos a Jesús, indudablemente miraremos a este mundo, que solo tiene el poder de alejarnos de la vida abundante en Dios. ¿Dónde están puestos tus ojos hoy? ¿En dónde estás buscando provisión, paz y vida? Fija tus ojos en Jesús hoy, el “iniciador y perfeccionador” de nuestra fe, para que puedas encontrar paz trascendental y una esperanza inquebrantable (Hebreos 12:2). Que tu día se llene con toda la bondad de quien sirve al “Rey de reyes”.

Lectura Complementaria: Apocalipsis 19

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