Tema de la Semana: Jesús Nuestro Rey

Qué regalo tenemos en Navidad. Dios mismo se hizo carne y habitó entre nosotros para que pudiéramos encontrar una relación eterna en él. Su venida sirve como un recordatorio continuo de su gracia y su búsqueda de nosotros, los que estamos perdidos sin él. Al mirar a Jesús esta semana para celebrar quién es él y lo que ha hecho, que puedas hallar una alegría profunda y una esperanza vivificante.

El Rey Salvador

Pasaje Bíblico:

“A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: ‘El Señor conoce a los suyos’, y esta otra: ‘Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor’”. 2 Timoteo 2:19

Devocional:

A veces, como creyentes, hemos sabido que Jesús es nuestro Salvador durante tanto tiempo que no nos sumergimos en todo lo que significa para nosotros y, por lo tanto, nos perdemos todos los frutos maravillosos que la salvación debe tener en nuestras vidas.

Jesús murió, no solo para llevarnos al cielo con nuestra muerte, sino para que podamos encontrar la salvación de las cosas de esta vida que no fluyen del corazón y de las manos del Padre. La voluntad de Dios es que caminemos en plenitud de vida todos los días de nuestra vida (Juan 10:10). Él tiene paz para nosotros en lugar de ansiedad (2 Tesalonicenses 3:16). Él tiene un propósito eterno para nosotros en lugar de búsquedas frívolas (Efesios 2:10). Él anhela llenar nuestras manos con buenos regalos en lugar del fruto de un trabajo ansioso (Santiago 1:17). Y tiene una nueva naturaleza y una nueva vida en lugar de los pecados y preocupaciones de quienes éramos antes de Cristo (2 Corintios 5:17).

Entonces las preguntas en respuesta a la verdad de Dios se convierten en: ¿qué estás esperando? ¿Qué te retiene de todas estas cosas asombrosas que Dios tiene para ti? ¿Qué te impide caminar en la vida nueva hoy?

Experimentar el fruto de la salvación comienza con una clara revelación de lo que Dios quiere y de lo que no quiere para ti. Sin fe para aferrarnos a las promesas de Dios, fácilmente somos víctimas de las mentiras y tentaciones del enemigo. Ahora que Satanás no tiene control sobre nuestro destino eterno, su búsqueda nos está robando todo lo que tenemos a nuestro alcance en Dios para poder lastimarnos a nosotros y al corazón de Dios.

Pero servimos a un Rey que no solo fue Salvador en el día del Calvario, sino que viene a nosotros cada día ofreciéndonos la salvación de las cosas del mundo. El Espíritu Santo dentro de cada uno de nosotros tiene la voluntad y la capacidad de librarnos de cualquier cosa que no se encuentre en la voluntad de Dios para que el sacrificio de Jesús pueda dar todo su fruto en nuestras vidas. Y al pasar tiempo en una comunión dedicada con Dios, al estudiar la Biblia para encontrar lo que se nos ha asignado como parte de Jesús y al tratar de seguir la guía momento a momento del Espíritu Santo, encontramos el poder que necesitamos para experimentar todo lo que Dios tiene para nosotros.

Busca hoy para entender lo que Dios desea para ti. Busca promesas a las que puedas aferrarte acerca de su carácter y voluntad. Y en respuesta a una revelación de la voluntad de Dios, ten fe y visión para seguir la dirección del Espíritu Santo en la plenitud de la vida. Que el día de hoy esté marcado por el fruto vivificante de la salvación en Jesús.

Guía de Oración:

1. Medita en la vida disponible para ti a través de la salvación en Jesús.

“Puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: ‘De él somos descendientes’”. Hechos 17:28

“Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. Apocalipsis 3:20

“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Juan 10:10

2. Pasa tiempo mirando tu propia vida con el Espíritu Santo. ¿Qué hay en tu vida que no esté en lo que Dios desea para ti? ¿Dónde no estás experimentando el fruto de la salvación en Jesús?

“En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios. Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido”. 1 Corintios 2:11-12

3. Trae a Dios las áreas de tu vida que no están en su perfecta voluntad. Permítele que de visión sobre tu vida. Deja que te llene de fe para vivir la vida que anhela darte.

“Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Juan 16:13.

“‘Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes’ —afirma el Señor—, ‘planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza’”. Jeremías 29:11

Dios es un dios del camino. Él no espera nuestra perfección, sabe que somos polvo. Él solo está tras tu corazón para que puedan pasar por esta vida juntos. No te pierdas las oportunidades de relacionarte con Dios huyendo de él al darte cuenta de tu propia imperfección. No te pierdas la oportunidad de experimentar la gracia al tratar de ocultar tu pecado. Déjalo entrar en todo lo que eres y haces. Viaja con él para que puedas experimentar las maravillas de un dios que te ama tal como eres. Encuentra alegría al experimentar en este momento la relación eterna que te brinda tu Rey Salvador.

Lectura Complementaria: 2 Corintios 5

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