Tema de la Semana: Confianza

No fuimos creados para depositar nuestra confianza a la ligera. Valoramos la confianza como valoramos nuestras propias vidas, examinando constantemente a los demás para ver si son dignos de nuestra confianza. Sin embargo, fuimos hechos vivir nuestra la vida con ayuda, para depositar nuestra confianza en aquello que nos proporcionará más vida, alegría y paz. Oro para que esta semana tú y yo descubramos cuán confiable es nuestro Padre celestial. Oro para que voluntariamente entreguemos el control de nuestras vidas a un Dios capaz, amoroso y cercano. Y oro también para que experimentemos la vida abundante que solo se puede lograr al depositar nuestra confianza en un Dios que renuncia a todo por relacionarse con nosotros.

Emociones

Pasaje Bíblico: “En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”. Salmo 33:21

Devocional:

¿Sabes que a Dios le importan mucho tus emociones? Tu Padre celestial anhela que tu vida esté marcada por el gozo emocional, la realización, la satisfacción y la paz. Él anhela que tus emociones estén enraizadas y fundamentadas en su amor y bondad constantes. Nuestro Dios es un Dios emocional. Él no está desprovisto de sentimientos. Nosotros sentimos porque él siente; tenemos emociones porque estamos hechos a su imagen.

Durante gran parte de mi vida cristiana pensé que mis emociones debían basarse en mis circunstancias. Me sentía feliz o triste según las opiniones de los demás, las presiones de la vida y las oportunidades que tenía o no tenía. Como resultado, estaba en una montaña rusa emocional constante, a merced de los altibajos de este mundo inestable. Me encontraba controlado por las cosas del mundo en lugar de estarlo por el fundamento de amor que el amor sacrificial de Jesús puso ante mí.

La Biblia continuamente describe un vínculo entre la salud emocional y la confianza. Isaías 26:3-4 dice: “Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna”. El Salmo56:3-4 dice:“Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?”.Y el Salmo 33:21 dice: “En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”.

Dejamos de tener nuestras emociones enraizadas en Dios cada vez que tomamos más presión de la que estamos destinados a soportar. Nuestra salud emocional está directamente vinculada a nuestro nivel de confianza. Sentimos presión en el área laboral cuando buscamos trabajo y compañeros de trabajo para nuestra provisión, identidad, propósito y cumplimiento. Sentimos presión en nuestras relaciones cuando nuestro valor no se basa en la perspectiva de Dios sino en las opiniones de los demás. Nos roban la paz cuando intentamos planificar nuestros propios pasos en lugar de seguir a nuestro Buen Pastor en los pastos verdes y aguas tranquilas.

En Juan 14:27 Jesús dice: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”. El deseo de Dios es llenarte de paz. Él anhela que tengas todo el fruto del Espíritu que mora dentro de ti. Él tiene una paz consistente y constante disponible para ti. Pero debes confiar en él en cada área de tu vida. Debes entregar las riendas de tus relaciones, de tu trabajo, de tu identidad y de tus planes a tu Buen Pastor. Debes confiar en que él te guiará perfectamente a una vida abundante.

Busca a tu Padre celestial cuando necesites paz. Encuentra descanso en su abundante amor. Encuentra tu autoestima en el hecho de que Dios deseaba tener una relación contigo de tal manera que él sacrificó su propia vida para tenerla. Tu padre te considera digno de la muerte de su único Hijo. Confía en él hoy. Pon toda tu vida en sus manos idóneas y experimenta una vida abundante en el área de tus emociones, arraigándote y cimentándote en su amor incondicional y disponible. Que tu vida esté marcada por un aumento de la salud emocional a medida que creces en confianza.

Guía de Oración:

1. Medita en el vínculo entre la confianza y la salud emocional. Permite que la Biblia estimule tu deseo y voluntad de confiar en Dios en cada área de tu vida.

“En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”. Salmo 33:21

“Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?”. Salmo 56:3-4

2. ¿En qué aspectos no estás experimentando la vida abundante en tus emociones? ¿Dónde estás vacío de paz, alegría, pasión y propósito?

3. Pídele a Dios que te ayude a discernir qué parte de tu vida no le estás confiando. Entrégale esa área a él y encuentra paz y descanso en el hecho de saber que él es digno de confianza.

“Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna”. Isaías 26:3-4

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:6-7

“La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”. Juan 14:27

No te conformes con menos de lo que Jesús logró con su muerte y que quiere darte. Tu vida puede estar completamente envuelta por la presencia de Dios, su amor incondicional y su capacidad de guiarte. Puedes estar lleno de las emociones de Dios. No te conformes con la presión, el estrés, la ira y la frustración. No te conformes con la tristeza, la inseguridad o la depresión. Pon tu confianza en Dios, abre tu corazón y recibe la paz que solo puede venir de tener tu vida escondida en el corazón de tu perfecto Padre celestial.

Lectura Complementaria: Juan 14

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