Tema de la Semana: Dios Busca Tu Corazón

Muy a menudo vemos a Dios como el encargado de hacer cumplir las reglas religiosas; vemos también a los mandamientos de la Biblia como una lista de tareas pendientes en lugar considerarlos como un camino que conduce a una vida abundante. Pero esas percepciones no son la verdad de la Biblia. Esas creencias se basan en nociones erróneas del carácter de Dios. Dios busca el corazón. Más que querer que hagamos las cosas correctamente, lo que Dios desea es que lo veamos a él de la manera correcta. Él quiere que el hecho de ir a la iglesia, leer la Biblia, adorar, servir a los pobres y vivir rectamente provenga de un corazón lleno de una verdadera revelación de su amorosa bondad. Que tu corazón sea totalmente de Dios esta semana.

La incansable búsqueda de Dios

Pasaje Bíblico: 

“La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida”. Salmo 23:6

Devocional: 

El fundamento de nuestra fe no debe construirse sobre nuestras obras o nuestra comprensión, sino más bien sobre la incansable búsqueda de Dios por nosotros. Tenemos relación con nuestro Creador no porque lo buscamos, sino porque él siempre nos está buscando. Cualquier elemento de la espiritualidad cristiana que obra en nuestras vidas es el resultado de su gracia constante que nos lleva más y más profundamente a la vida abundante que tenemos gracias a la muerte de Jesús. La fe basada en cualquier otra cosa que no sea la búsqueda de Dios, es la fe construida en nuestra propia fuerza, una base insegura y que constantemente falla. Efesios 1:16-18 dice:

 “No he dejado de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones. Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos”.

Si necesitamos entender nuevamente la búsqueda de Dios por nosotros, solo debemos orar como lo hizo Pablo y pedirle que ilumine los ojos de nuestros corazones. Solo necesitamos mirar las páginas de la Biblia y verlo historia tras historia buscando a los que se rebelaron contra él. El libro completo de Oseas describe el corazón de Dios buscando Israel en una metáfora de la vida real de Oseas yendo tras Gomer, quien una y otra vez lo dejó para prostituirse.

No hay nada que podamos hacer para evitar que Dios nos busque. No hay pecado demasiado grande ni distancia tan extensa que podamos correr que desaliente a Dios de amarnos. Desde el momento en que naciste, Dios ha estado buscando tu corazón. Su mayor anhelo es la relación con nosotros. No permitas que un entendimiento erróneo de quién es Dios, haga que tu relación con él esté basada en las obras. No dejes que tu pecado y tus fracasos se interpongan en el camino de correr hacia los brazos abiertos de tu Padre celestial.

Dios está buscando tu corazón en este mismo momento. Él está golpeando dulcemente la puerta de tu corazón para que simplemente lo dejes entrar. Más que querer que hagas algo por él, simplemente quiere que sepas que él está contigo y para ti. Responde hoy a la búsqueda de Dios dándole tu corazón. Que tu tiempo de oración guiada esté marcado por una revelación de su bondad amorosa hacia ti.

Guía de Oración: 

1. Medita en el hecho de saber que Dios busca incansablemente tu corazón. Permite que la Biblia siente las bases para una relación basada en la gracia.

“Tu bondad y tu amor me acompañarán mientras yo viva”. Salmo 23:6 (TLA)

“Nosotros amamos porque él nos amó primero”. 1 Juan 4:19

2. ¿Qué áreas de tu relación con el Padre se han fundado en las obras y no en su búsqueda? ¿En qué aspectos has estado tratando de ganarte su cariño? ¿Qué partes de tu corazón le has ocultado pensando que te rechazaría o te castigaría?

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”. Efesios 2:8-9

3. Entrégale todo tu corazón a Dios en respuesta a su gran amor y gracia por ti. Ábrele la puerta de tu corazón y descansa en una revelación de su amorosa bondad.

“Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. Apocalipsis 3:20

En el Salmo 17:8 David ora: “Cuídame como a la niña de tus ojos; escóndeme, bajo la sombra de tus alas”.  Que tu búsqueda de Dios se construya sobre la verdad de que eres la niña de sus ojos. Que tu seguridad se base en la verdad de que él te esconde a la sombra de sus grandes alas. Que tu corazón encuentre paz, gozo y plenitud hoy en el hecho de que Dios nunca dejará de buscarte.

Lectura Complementaria: Salmo 23

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