Tema de la Semana: Encontrando a Dios

Tener encuentros constantes y transformadores con Dios mientras estamos en esta tierra es fundamental para la vida cristiana. Nuestro Dios no nos ha dejado abandonados. A través del sacrificio de Jesús hemos sido llenos con el mismo Espíritu de Dios que anhela revelarnos diariamente la cercanía y el amor de nuestro Padre celestial. Nunca estamos solos. No hay donde podamos huir de la presencia de nuestro Dios. Que esta semana esté llena de encuentros transformadores con el Dios vivo mientras aprendemos qué es buscar el rostro de quien nos ha formado, nos conoce y nos ama incondicionalmente.

Encontrando a Dios a través de la Biblia

Pasaje Bíblico: “Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios Todopoderoso”. Jeremías 15:16

Devocional:

En la Biblia tenemos un camino perfecto y directo que nos lleva hacia encuentros poderosos y transformadores con Dios. Jeremías 15:16 dice: “Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios Todopoderoso”. En la Biblia encontramos tanto nuestra debilidad como el amor inquebrantable de Dios retratados a través de innumerables historias. En ella Dios nos ha dicho todo lo que necesitamos para comprender y procurar una relación sincera y cara a cara con él.

El mismo Espíritu que escribió las palabras de las Escrituras desea usarlas para guiarnos a ti y a mí para que tengamos encuentros poderosos con nuestro Padre celestial. Me temo que a muchos creyentes hoy no están entendiendo el significado que hay detrás de la Biblia. La Biblia no es Dios, sino que está diseñada para actuar como una guía para conocer a su autor. Está diseñada para darnos el deseo y el entendimiento sobre este Dios que está vivo, activo y cerca de nosotros.

Isaías 55:11 dice: “Así es también la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos”. El propósito de Dios siempre ha sido la relación restaurada con su pueblo. Su meta es nuestros corazones y su palabra es poderosa para cumplir su propósito. El Salmo 1:1-3 dice:

“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!”.

El Señor desea plantarnos a la orilla de las corrientes de su presencia. Él anhela que seamos personas que de manera constante y con determinación encuentren su amor infinito. Él anhela que meditemos en sus leyes para que podamos vivir de acuerdo con su voluntad y ser bendecidos en todo lo que hacemos. Su deseo es que conozcamos su amor a través de su Espíritu y su palabra para que podamos vivir una vida verdaderamente abundante marcada por su fidelidad incesante.

Que nosotros, como hijos completamente amados del Dios Altísimo, busquemos todo lo que está disponible para nosotros en la Biblia. Que podamos conocer con el corazón acerca de nuestro Padre, a medida que su palabra nos guía a encuentros más constantes, verdaderos e impactantes con él. Que seamos un pueblo lleno de las historias del amor redentor de Dios para que podamos vivir en respuesta a la naturaleza inmutable y activa de nuestro Padre celestial.

Guía de Oración:

1. Medita en la importancia de ser una persona que vive por la palabra del Señor.

“Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios Todopoderoso”. Jeremías 15:16

“Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!”. Salmo 1:1-3

2. Pídele al Espíritu Santo que te revele la verdad que necesitas saber a través de su palabra hoy. Pídele que te guíe a tener un encuentro directo con tu Padre celestial mientras abres su palabra y lees.

3. Tómate un tiempo hoy para hacer la lectura extendida. Permite que el Espíritu Santo le diga a tu corazón lo que necesitas escuchar a través de las palabras poderosas de Jesús.

“Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Juan 16:13.

Haz esta oración conmigo hoy: Señor, haznos un pueblo que esté hambriento por tus palabras de vida. Haznos un pueblo que haya gustado y visto tu bondad derramada en tal manera en las páginas de la Biblia, que siempre hagamos un tiempo para deleitarnos con el pan de tu palabra. Llénanos con el anhelo de tener encuentros más profundos y consistentes contigo en los que busquemos en las páginas de la Biblia las verdades que abran nuestros corazones más hacia ti. Que nuestras vidas estén marcadas hoy por el fruto que crece de la semilla de tu palabra.

Lectura Complementaria: Juan 17

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