Tema de la Semana: Renovación

Uno de los mejores aspectos de pasar tiempo a solas con Dios es que somos renovados diariamente por su palabra y su presencia. Cuando hacemos espacio para Dios en nuestras vidas, especialmente al comienzo del día, él es fiel para renovarnos y prepararnos para todo lo que enfrentaremos en el mundo. La Biblia dice: “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”. (Lamentaciones 3:22-23). ¿En qué áreas necesitas renovación? ¿Qué tanto necesitas las misericordias de Dios en tu vida? Él tiene un plan esta semana para enseñarte y guiarte hacia un encuentro con él que te renovará con su abrumadora bondad y amor. Haz espacio para Dios. Haz tiempo para encontrarte con él y experimenta la refrescante lluvia de primavera que él anhela traer para curar los lugares secos y cansados de tu corazón.

La renovación del propósito

Pasaje Bíblico: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure”. Juan 15:16

Devocional:    

Tú y yo nacimos con un profundo deseo de vivir con un propósito. Cuando éramos niños soñábamos con hacer algo significativo con nuestras vidas, con ser personas que hacían una diferencia en el mundo. Todos deseábamos hacer un impacto profundo y duradero. Nuestro anhelo de propósito solo se convierte en un problema cuando comenzamos a buscar su fuente. La mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas tratando de saber por qué estamos aquí, buscando la respuesta a la pregunta: “¿Qué es lo que puedo hacer de manera única?”. El problema es que buscamos las respuestas en los lugares equivocados. Buscamos nuestro propósito el uno en el otro, en los caprichos siempre cambiantes de la sociedad, o internamente, en lo que parece hacernos sentir bien en el momento. Pero Dios tiene un mejor propósito para nuestras vidas que el que podríamos encontrar en el mundo. Tiene un propósito tan grande, tan poderoso y tan duradero que cuando lo vislumbramos, siempre somos cambiados. Dios tiene una página en su gran narrativa escrita solo para ti, para usarte para que hagas un impacto único y eterno en la tierra.

Jeremías 29:11 dice: “‘Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes’ —afirma el Señor—, ‘planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza’”. No nos perdamos la importancia de lo que Dios nos revela hoy porque ya hayamos escuchado otra cosa antes. En cambio, profundicemos un poco más y veamos qué nos revela la palabra de Dios acerca de ese propósito. En Juan 15:16, Jesús dice: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure”. Eres elegido por Dios. En el reino de Dios no eres la figura secundaria detrás de un personaje principal. Él te formó y te eligió para que “[vayas y des] fruto”. Y Jesús desea que nuestro fruto "perdure". Él te ha elegido para hacer un impacto duradero en la tierra.

Entonces, ¿qué fruto duradero pretende Dios que tengas aquí? La respuesta a esta pregunta debe comenzar con las palabras de Jesús. Permite que los mandamientos de Dios establezcan el fundamento definitorio de tu propósito. Respondiendo a la pregunta de cuál es el mayor mandamiento, Jesús responde: “‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. No hay otro mandamiento más importante que estos”. (Marcos 12:30-31). Tu propósito aquí en la tierra es amar a Dios y amar a otros. Dios ha elegido usar el amor para llevar a cabo la salvación. Él ha elegido usar el amor como el catalizador para el despertar espiritual. El amor es la fuerza motriz de Dios, y es el amor lo que él desea inculcar en nosotros como nuestro objetivo más alto. Debes comprender que estás formado y llamado a amar por encima de cualquier otra cosa.

La Biblia también no dice que hemos sido elegidos para ser portadores y ministros del reino de Dios. Jesús dijo en Marcos 1:15: “Se ha cumplido el tiempo… El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!”. El reino de Dios está aquí en la tierra. Y Apocalipsis 5:10 dice: “De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra”. No tenemos el propósito de simplemente sufrir y esperar el cielo. El reino de Dios está aquí en la tierra, y nosotros somos su obra. Somos sus sacerdotes. Hechos 26:16 dice: “Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar”. Mateo 28:19 dice: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Tu vida aquí es de valor eterno. Una vida vivida simplemente esperando el cielo es una vida desperdiciada. Dios ha puesto un propósito eterno en tu vida, un propósito destinado a ser perseguido y vivido cada minuto de cada día. No tienes tiempo que perder. Y la verdad convincente es que nunca estarás satisfecho hasta que dediques tu vida a ministrar este increíble evangelio de restauración y amor. Mientras no hagas venir el reino de Dios a través de tu trabajo, tus relaciones y tu tiempo, nunca experimentarás la alegría y la pasión que solo el propósito de Dios te puede brindar. Dios no tiene un molde para cortar de galletas con el que intenta hacer que todos los creyentes seamos iguales. Él te formó para un propósito específico y único que ningún otro creyente podrá lograr. Sus planes para ti son tuyos y no de otros, así que elige hoy vivir tu vida para tu Padre celestial. Trabaja con él en todo lo que hagas. Ámalo a él y a los demás con cada fibra de tu ser y experimenta la alegría de crear un impacto profundo y eterno con todo lo que haces. Que Dios renueve hoy tu sentido de propósito al entrar en un tiempo de oración guiada.

Guía de Oración: 

1. Medita en el deseo de Dios de usarte para un propósito increíble.

“De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra”. Apocalipsis 5:10

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1 Pedro 2:9

“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre”. Juan 15:16

2. Reflexiona sobre tu propia vida por un momento. ¿De qué manera has estado viviendo con un propósito que no es el de Dios? Confiesa esos pecados a tu amoroso Padre celestial. Deja que su perdón transforme tu corazón.

3. Ahora compromete tu vida al plan y propósito de Dios. Elige amar con todo lo que tienes hoy. Alinea su corazón con la palabra de Dios y busca la vida que él tiene guardada para ti. Dale tu trabajo, tu familia y tus finanzas y pregúntale cómo quiere que los uses.

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios”. 1 Corintios 6:19-20

“Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar”. Hechos 26:16

¿Qué dirá Dios sobre tu vida cuando termines aquí? ¿Habrás gastado tu vida en la búsqueda de él y de su reino o en la construcción de un pequeño reino aquí que pasará como el cambio de estaciones? ¿Será tu vida de impacto fugaz o eterno? Solo tú puedes elegir cómo vivirás tu vida. Decide hoy y todos los días vivir la única vida que realmente importa. Dios tiene planes y propósitos increíbles para ti si simplemente le abres el corazón y las manos y le dices: “Úsame”.

Lectura Complementaria: Juan 10:1-19

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