Tema de la Semana: Compartiendo el Corazón de Dios

En respuesta a nuestro conocimiento del corazón de Dios estamos llamados a compartir las maravillas de su naturaleza invisible con un mundo que lo necesita desesperadamente. Dios ha elegido usarnos para revelarse. Él nos llenó con el Espíritu y nos dio poder para proclamar las buenas nuevas de la salvación y la relación restaurada con nuestro Creador. Que esta semana descubras que fuiste hecho para compartir el corazón de Dios y que encuentres gozo y pasión en el anhelo de Dios de usarte de maneras poderosas y únicas.

Dios ya está trabajando

Pasaje Bíblico: 

“Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. Filipenses 2:13

Devocional: 

Dios nos está llamando a ti y a mí a unirnos a él donde ya está trabajando y a hacer de esto un estilo de vida. Para colaborar con Dios es fundamental reconocer que él está en constante búsqueda de la humanidad. No hay un lugar donde puedas ir en el que Dios no esté. No hay nadie con quien puedas hablar a quien Dios no haya visto ya, a quien no ame incesantemente y para no quien tenga planes asombrosos.

Compartir el corazón de Dios comienza y termina con su gracia. Su gracia nos capacita para salir de nosotros mismos y amar a los demás. Por gracia él nos busca, aun en nuestro pecado. La gracia envió a Jesús a morir por nosotros para que podamos tener la salvación por medio de él. Y es por gracia que recibimos ese don gratuito de salvación.

Es importante entender la gracia de Dios porque sin ella trabajamos en vano. Si trabajamos bajo la perspectiva de que la salvación, la sanación, la liberación y la libertad para otros dependen de nuestra capacidad o nuestra misericordia, no lograremos nada. Pero cuando entendemos que somos simplemente portadores del corazón de Dios y compañeros receptores de su generosa gracia, entonces trabajamos desde un lugar de poder y verdad.

1 Timoteo 2:3-4 dice: “Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad”. Y Filipenses 2:13 dice: “Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. No estás llamado a ir por tu cuenta a la oscuridad. Dios no se encuentra contigo solo cuando lees la Biblia o cuando pasas tiempo con él y luego te envía a hacer su voluntad. Él siempre está contigo. Él siempre está disponible para ti y siempre anhela darte poder.

Cultiva un estilo de vida en el que veas dónde está trabajando para que puedas colaborar con él. Pídele ojos al Espíritu Santo para ver la forma en que está buscando a las personas. Pídele su corazón para tus amigos, familiares, compañeros de trabajo y para aquellos con los que solo podrías encontrarte una vez. Lo más probable es que Dios no te pida que dejes todo y te vayas a un pueblo con personas no alcanzadas por el evangelio. En cambio, te está pidiendo que te dejes usar por él para ministrar a los que te encuentres en tu vida diaria.

Fíjate dónde Dios ya está trabajando hoy y busca compartir su corazón con un mundo que necesita desesperadamente conocer a un Dios que los busca apasionadamente.

Guía de Oración:

1. Medita en la verdad de que Dios ya está trabajando. Permite que la Biblia cambie la forma en que ves el hecho de colaborar con Dios.

“Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad”. 1 Timoteo 2:4-5

“Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. Filipenses 2:13

2. Pregúntale a Dios dónde está trabajando a tu alrededor. Pídele que te traiga a la mente a una persona o un grupo de personas a quienes puedes ministrar hoy.

3. Pregúntale de qué manera ya está trabajando. Pídele una revelación de lo que puedes hacer para hacer que su reino avance a través de tu vida. Pregúntale por maneras específicas en las que puedes amar a los demás. Registra su respuesta y ora para recibir valor y poder por el Espíritu Santo.

En la Biblia la curación no sucedió porque un discípulo tuvo un mayor nivel de misericordia o de compasión, sino porque eligió colaborar con Dios donde él ya estaba trabajando. Dios está constantemente amando, dando señales y atrayendo a todos tus conocidos hacia sí mismo. Él trabajará a través tuyo si buscas unirte a sus propósitos. Si quieres vivir una vida de propósito que tenga un valor eterno, no necesitas mirar más allá de las caras de aquellos que ves todos los días. Que puedas amar a los demás como Dios lo hace. Que muestres misericordia y compasión en respuesta a la misericordia y compasión de Dios. Y que el reino de Dios venga a la tierra a tu alrededor hoy mientras ministras con Dios.

Lectura Complementaria: Filipenses 2

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