Tema de la Semana: Pobre en Espíritu

El concepto bíblico de ser pobre en espíritu es fundamental para todos los aspectos de la vida cristiana. Es fundamental para la salvación tener un reconocimiento a nivel del corazón de nuestra necesidad de un Salvador. Es fundamental para experimentar el amor de Dios reconocer nuestra gran necesidad de amor. Es fundamental para la paz y la alegría celestial reconocer que este mundo realmente no nos ofrece ninguna de las dos cosas. Si queremos todo lo que Dios ofrece en su gracia, debemos ser pobres de espíritu como un estilo de vida. Que experimentes más de la profundidad del amor de Dios esta semana a medida que descubres el deseo de Dios de ministrar a aquellos que están desesperados por él.

Cómo vivir en lo bajo

Pasaje Bíblico: “Recompensa de la humildad y del temor del Señor, son las riquezas, la honra y la vida”. Proverbios 22:4

Devotional:

A lo largo de toda la Biblia Dios pinta una imagen clara de lo que parece ser vivir siendo pobre en espíritu, vivir en lo bajo. Mientras nos sumergimos en las profundidades de la palabra de Dios, oro para que nuestras vidas comiencen a ser moldeadas y formadas por las manos capaces y amorosas de nuestro Alfarero. Oro para que veamos la gracia de Dios como nuestra fuente y fortaleza para buscar un estilo de vida de humildad. Ruego que nuestras vidas sean enriquecidas y bendecidas por la presencia amorosa y poderosa de un Dios que mora en aquellos que viven en la pobreza.

Filipenses 2:3-7 dice:

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos”.

Vivir en lo bajo siempre comienza mirando la vida de Jesús. Él es el autor y el perfeccionador de nuestra fe (Hebreos 12:2). Él es el ejemplo de cómo es vivir perfectamente por la gracia del Padre en un estilo de vida de entrega humilde. Y la Biblia deja claro que él es nuestro modelo: nuestra meta es llevar una vida como la suya.

Jesús, aunque es Rey de reyes y Señor de señores, hizo todo por amor total a Dios y al hombre. El único hombre que vivió una vida perfecta miró los intereses de otros por encima de los suyos. Una de las representaciones más poderosas de su compromiso de amar a los necesitados a toda costa se encuentra en Marcos 2:13-17, donde comió con recaudadores de impuestos y pecadores. Jesús amó a los demás sacrificando continuamente su reputación. Vivió sin preocuparse por cómo lo percibía el hombre, porque su vida se sometía continuamente solo a la voluntad de su Padre celestial. Vivir en la voluntad de Dios siempre nos costará nuestro orgullo. El orgullo y la voluntad de Dios están en oposición directa.

Dios nos está llamando a un estilo de vida de amor. Ser pobres de espíritu es [considerar] a los demás como superiores a [nosotros] mismos”. Un error común en el hecho de vivir en lo bajo es creer que debemos tratar de encontrar formas de ser peores que los demás. Pero Dios no nos llama a la comparación. Sus caminos no son como los nuestros. Más bien, nos está llamando a dejar de mirarnos a nosotros mismos y a solo mirar la importancia de los demás. Jesús sabía que él no tenía pecado. Él sabía que era Dios. Aun así, consideró a los otros más significativos debido a su amor y gracia. No tenemos que perseguir una falsa humildad para amar bien a los demás. Más bien, por la gracia de Dios, debemos dejar de buscar nuestras propias necesidades, nuestro propio sentido de orgullo y reputación, dejar nuestras vidas en la cruz de Cristo y amar como él nos ha llamado a amar.

Vivir en lo bajo es mirar la vida de Jesús, mirar nuestras propias vidas y reconocer las diferencias, así como obedecer el mandato de la Biblia para vivir como él. Y en nuestra incapacidad, debemos llegar ante nuestro Padre celestial con pleno conocimiento de que nunca seremos como Jesús por nuestra cuenta. Debemos buscar permanecer en él y recibir su riqueza de afecto, amor y gracia para que podamos dar fruto. Si buscamos vivir en lo bajo dejando de mirarnos a nosotros mismos y, en cambio, mirando a Dios y a los demás, siempre seremos indefectiblemente fortalecidos por Dios.

Tómate un tiempo en la oración guiada para mirar la vida de Jesús, tu propia vida y recibir el poder del Espíritu Santo que proviene de permanecer en el amor de tu Padre celestial.

Guía de Oración:

1. Medita en el compromiso de Jesús con la humildad y con la vida vivida en lo bajo. Deja que su vida sea el ejemplo por el que vives la tuya.

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos”. 
Filipenses 2:3-7

2. ¿De qué maneras estás viviendo en el orgullo? ¿De qué manera estás mirando tus propios intereses por encima de los intereses de otros? ¿En qué aspectos necesitas considerar a los demás como más significativos que tú?

3. Tómate tiempo para permanecer en el amor de Dios. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a entregarle tu vida para que puedas llevar el fruto de su morada dentro de ti. Mira a Dios como tu fuente y recurso en lugar de tu propia fuerza, y vive hoy en una constante búsqueda de vivir en lo bajo.

“Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”. Juan 15:9

“Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Colosenses 3:12-13

“Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado”. Romanos 12:3

Proverbios 22:4 dice: “Recompensa de la humildad y del temor del Señor, son las riquezas, la honra y la vida”. Cuando te humillas ante Dios y ante los demás, la presión de encontrar tu propia alegría, éxito, provisión y valor se desvanece y es reemplazado por la paz, el amor, la seguridad y la gracia de tu Padre celestial. Vivir en lo bajo no significa que estés sin alegría, paz o sin posesiones. Más bien, te posiciona para recibir toda la increíble plenitud del cielo que tu buen Padre anhela darte. Vive hoy en lo bajo y libérate del peso del orgullo para que la base de tus emociones, pensamientos y acciones sea el amor de un Dios bueno, presente y poderoso.

Lectura Complementaria: Filipenses 2

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