Tema de la Semana: Compartiendo el Corazón de Dios

En respuesta a nuestro conocimiento del corazón de Dios estamos llamados a compartir las maravillas de su naturaleza invisible con un mundo que lo necesita desesperadamente. Dios ha elegido usarnos para revelarse. Él nos llenó con el Espíritu y nos dio poder para proclamar las buenas nuevas de la salvación y la relación restaurada con nuestro Creador. Que esta semana descubras que fuiste hecho para compartir el corazón de Dios y que encuentres gozo y pasión en el anhelo de Dios de usarte de maneras poderosas y únicas.

Luz en la oscuridad 

Pasaje Bíblico: 

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”. Mateo 5:16

Devocional:    

La enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte sobre la sal y la luz es uno de mis pasajes favoritos de la Biblia relacionados con compartir el corazón de Dios con el mundo que nos rodea. En Mateo 5: 13-16 Jesús enseñó:

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.  Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa.  Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”.

Uno de los aspectos más poderosos de este pasaje es la manera en la que Jesús comienza hablando de  nuestra identidad. Dios no nos dice que vayamos a buscar sal para compartirla, él dice que somos sal. Él no nos dice que vayamos a buscar una luz para iluminar, él dice que somos una luz. Compartir el corazón de Dios es parte de lo que somos. Como creyentes hemos sido redimidos y limpiados para que podamos proclamar las excelencias de nuestro Salvador al vivir alineados con nuestra nueva identidad.

El mundo es un lugar oscuro y sin esperanza. Está lleno de ciegos guiando a otros ciegos y de necesitados buscando que otros necesitados los satisfagan. Nuestra única esperanza es Jesús. El único, verdadero Guía es el Espíritu Santo.

Estamos llamados a un estilo de vida en el que podamos expulsar la oscuridad que nos rodea con la poderosa proclamación del corazón de Dios para amar, proveer y redimir a todos aquellos que simplemente le dirían que sí. Somos convocados a responder a la llamada de Jesús y dejar de poner una canasta sobre la luz que él ha colocado dentro de nosotros.

No tenemos que disculparnos por la esperanza que tenemos. No tenemos que temer la opinión del hombre. Podemos amar implacablemente, ofrecer gracia inesperadamente y sacrificarnos para que otros puedan ver el corazón de Dios. "Deja que tu luz brille ante los demás" hoy. No cubras quién eres en Cristo. Busca revelar el corazón de Dios en todo lo que haces y observa cómo el mundo que te rodea se siente atraído por la luz del amor incondicional de Dios que se revela a través de tu vida.

Guía de Oración: 

1. Medita en las palabras de Jesús en el Sermón del Monte. Renueva tu mente orientándola a quien eres en Cristo.

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.  Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa.  Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”. Mateo 5:13-16

2. ¿De qué manera estás cubriendo tu luz? ¿En qué formas estás viviendo con miedo o de acuerdo con las formas del mundo? Tómate el tiempo para comprometerte en la confesión y recibir el perdón y el amor de Dios.

3. Recibe el valor de Dios para vivir de acuerdo con tu nueva identidad como sal y luz. Pregúntale a Dios cómo puedes ser luz en la oscuridad hoy. Pídele formas específicas en que puedas revelarle a los demás la esperanza que tienes en. Anota en un diario tu respuesta.

A menudo vemos las cosas de Dios como parte de nuestra vida. Tan pronto como Dios comienza a tratar de cambiar la forma en la que vivimos el día a día, colocamos un muro sobre nuestros corazones para que no tengamos que cambiar. Pero tratar de recluir o aislar a Dios es darle más valor esta vida que a la eternidad. Tener más cuidado de la opinión que el mundo tiene de nosotros que de lo que Dios dice que somos, es tratar de hacer de Dios un servidor del mundo y su sistema. Dios es el Creador. Él solo es el rey. Y solo él sabe lo que es mejor para nosotros como nuestro Padre amoroso. Seccionar tu vida y permitir que Dios sea experimentado solo en partes es vivir tontamente. Corona a Dios como Rey sobre cada parte de ti. Elige vivir como sal y luz y experimenta esa vida en la que a Dios se le permite manifestarse, bendecirte en todo lo que pueda y usar tu vida para mejorar el mundo. Que tu día de hoy se llene con toda la plenitud de Dios.

Lectura Complementaria: Mateo 5

Haga clic aquí para visitar la página de Primeros15