Tema de la Semana: La Paz

Una de las características más poderosas de un creyente es la paz trascendente. Este mundo no nos ofrece ninguna razón para estar en paz, no nos da ninguna razón para estar sin estrés, cargas, preocupaciones y frustración total, pero servimos a un Dios que nos ofrece paz en medio de cualquier circunstancia. Servimos a un Dios en quien encontramos una fuente de paz verdadera. Que esta semana puedas descubrir el deseo de tu Padre celestial de brindarte paz.

Paz en nuestro espíritu

Pasaje Bíblico“No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención”. Efesios 4:30

Devocional:

Efesios 4:30 dice: “No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención”. En el Espíritu Santo tenemos relación con un Dios que siente, que tiene gozo y pena, que es feliz e infeliz y que tiene pensamientos y deseos reales con respecto a la forma en que vivimos nuestras vidas. El Espíritu anhela que vivamos en comunión con él, abandonando aquello que aflige a su corazón para que podamos experimentar la vida abundante que solo proviene de la entrega sincera a él. Y debido a que él tiene deseos específicos en relación a la forma en que debemos vivir, tenemos el potencial de entristecer su corazón.

Si alguna vez vamos a experimentar todo lo que está disponible para nosotros en esta vida, debemos aprender a prestar atención a los sentimientos, pensamientos y deseos de Dios dentro de nosotros. Debemos buscar y encontrar la paz en nuestros espíritus que proviene de la paz del Espíritu Santo. La Biblia establece una conexión poderosa y directa entre la obediencia a la palabra de Dios y la paz. El Salmo 119:165 dice: “Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar”. Isaías 32:17 dice: “El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto”.  Y el Salmo 34:14 dice: “Que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga”.

Los deseos del Espíritu Santo para nuestras vidas están perfectamente alineados con la Biblia. De hecho, el Espíritu anhela revelar a nuestros corazones cómo aplicar y obedecer la Biblia en nuestras vidas de todos los días. Él desea aplicar sus palabras a nuestras circunstancias, situaciones y pensamientos para que podamos disfrutar de toda la abundancia que proviene de la obediencia a la palabra de Dios.

Es vital que nosotros, como creyentes que vivimos en unión con Dios, aprendamos a prestar atención a cómo se siente, qué piensa y hacia dónde nos está guiando. Debemos conocer cada vez más cómo nos habla y nos dirige. Si sientes una inquietud en tu espíritu que no parece tener sentido, tómate un tiempo para preguntarle a Dios si te está hablando. Si te sientes raro por hacer, decir o pensar algo, tómate un minuto para preguntarle a Dios si está tratando de decirte algo.

El uso de la Biblia es increíblemente importante para crecer en la paz con el Espíritu Santo. Es mucho más fácil discernir sus pensamientos y sentimientos si tenemos versículos en nuestras mentes y corazones para que él los señale. La mejor manera de confirmar que estás discerniendo la voluntad de Dios es pedirle que te recuerde un pasaje que esté de acuerdo con su guía. Dios nunca te dirá que hagas algo contrario a la Biblia. Él nunca te guiará en una dirección que no esté en perfecta alineación con las palabras que tan perfectamente te ha dado en la Biblia.

Aprender a discernir cómo el Espíritu Santo piensa, siente y guía es una parte absolutamente crucial de experimentar la paz. Involúcrate en el proceso de crecer en tu relación con el Espíritu. Toma nota de las formas en que podría estar hablando. Pídele que te haga crecer en tu capacidad de pensar, sentir y actuar en unión con su voluntad. Tienes un Dios plenamente amoroso, poderoso, fiel y capaz que mora dentro de ti. Que puedas experimentar la plenitud de la vida que proviene de la paz entre tú y el Espíritu Santo.

Guía de Oración:

1. Medita en la Biblia sobre el Espíritu Santo. Pídele al Espíritu Santo que te revele quién es él a través de las palabras que ha escrito.

“No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención”. Efesios 4:30

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños”. 1 Corintios 6:19

“Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes”. Juan 14:15-17

2. Pídele al Espíritu Santo que te revele su cercanía. Pídele que te enseñe a discernir cómo se siente, qué piensa y hacia dónde te está guiando.

3. Tómate un tiempo para descansar en la presencia de Dios. Hazle cualquier pregunta que tengas en tu corazón y deja que te enseñe.

El Espíritu Santo nunca forzará su voluntad, pensamientos o deseos sobre nosotros; en silencio nos llama a entablar una relación más profunda con él. Pero una vez que le pedimos su voluntad, él la da libremente. Aprende a calmar tu corazón delante de él. Tómate un tiempo a lo largo del día de hoy para preguntarle cómo se siente con respecto a lo que estás haciendo. Dale espacio para que te guíe y te dirija al corazón del Padre y a su voluntad para tu vida. Que seas bendecido con gran paz y alegría al aprender a vivir en obediencia al Espíritu.

Lectura Complementaria: Gálatas 5

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