Tema de la Semana: Dios Busca Tu Corazón

Muy a menudo vemos a Dios como el encargado de hacer cumplir las reglas religiosas; vemos también a los mandamientos de la Biblia como una lista de tareas pendientes en lugar considerarlos como un camino que conduce a una vida abundante. Pero esas percepciones no son la verdad de la Biblia. Esas creencias se basan en nociones erróneas del carácter de Dios. Dios busca el corazón. Más que querer que hagamos las cosas correctamente, lo que Dios desea es que lo veamos a él de la manera correcta. Él quiere que el hecho de ir a la iglesia, leer la Biblia, adorar, servir a los pobres y vivir rectamente provenga de un corazón lleno de una verdadera revelación de su amorosa bondad. Que tu corazón sea totalmente de Dios esta semana.

Hechos para una relación

Pasaje Bíblico: 

“Les daré un corazón que me conozca, porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón”. Jeremías 24:7

Devocional: 

Fuimos hechos para relacionarnos con nuestro Padre celestial. Fuimos creados para conocerlo y para ser conocidos por él. Este hecho define tanto nuestra identidad como nuestras acciones y sienta las bases sobre las que vivimos, pensamos, sentimos y hacemos. Solo cuando nuestra relación con Dios se convierte en nuestro objetivo principal y central es que nuestras vidas reflejan su incesante amor y devoción.

Durante mucho tiempo viví poniendo cosas equivocadas en el centro de mi vida. Permití que el éxito terrenal, la admiración de los demás, la identidad en mis obras y una imagen de perfección fueran las cosas que me impulsaran momento a momento. Pero en esas actividades solo encontré desilusión, agotamiento y deseos insatisfechos. Incluso dentro del contexto del cristianismo, existe la tentación de ser guiados por lo que es mundano, lo que nunca satisfará.

Pero en Dios hay otra manera. En el amor de un Padre celestial lleno de gracia, podemos dejar de esforzarnos y comenzar a disfrutar de una vida basada en la relación con nuestro Creador. Jeremías 24: 7 dice: “Les daré un corazón que me conozca, porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón”. Dentro de cada uno de nosotros hay un anhelo de cimentarnos en nuestra identidad como pueblo de Dios. Fuimos creados para vivir por el poderoso conocimiento de que nuestro Dios es real, conocible, que nos ama incondicionalmente y que ha hecho que su cercanía esté totalmente disponible para nosotros.

Fuiste hecho para vivir con el conocimiento del amor de Dios en cada etapa. Fuiste creado para probar y ver que tu Padre celestial es bueno. Fuiste hecho para vivir en constante comunión con tu Creador, para que cada momento esté lleno de la abundancia de su presencia. Dios tiene vida y amor para ti, y no descansará hasta que la totalidad de tu corazón sea suyo. El amor de Dios es completamente celoso y, al mismo tiempo, totalmente sacrificial.

Dale hoy tu corazón a Dios. Centra tu vida en torno a la relación con él. Enraízate y cimiéntate en su incesante amor y fidelidad. Que tu vida cambie para siempre al poner tus ojos en el autor y perfeccionador de tu fe (Hebreos 12: 2).

Guía de Oración: 

1. Medita en la verdad de que fuiste creado para relacionarte con Dios. Permite que la Biblia despierte el deseo de centrar tu vida en torno al amor incondicional de Dios.

Les daré un corazón que me conozca, porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón”. Jeremías 24:7

“Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad”. Jeremías 31:3

2. ¿Qué estás valorando más que la relación con tu Padre celestial? ¿En qué estás gastando toda tu energía? ¿Cuál es verdaderamente tu mayor deseo?

3. Dile a Dios cualquier cosa que hayas valorado por encima de tu relación con él. Recuerda que él no desea condenarte, sino liberarte y darte vida abundante. Él anhela mostrarte la mejor forma de disfrutarlo a él y a la vida que te ha dado.

A menudo miramos al mundo para saber qué es lo que debemos valorar en lugar de mirar al Creador del mundo. Pero en realidad el mundo es un lugar lleno de insatisfacción e inquietud. Es un lugar donde incluso los ricos, exitosos y más amados deben esforzarse y trabajar constantemente para saciar un anhelo que solo Dios puede satisfacer. Mira al Creador del cielo y de la tierra en busca de la verdad. Mira a la Biblia para decidir qué buscar y valorar. Si centras tu vida en torno a la relación con Dios podrás poner tu esperanza en su promesa de satisfacción eterna y tangible. Que tu corazón encuentre paz y reposo en los brazos siempre abiertos de tu Padre amoroso.

Lectura Complementaria: Juan 15

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