Tema de la Semana: Visión y Límites

Servimos a un Dios de límites. En su capacidad ilimitada, creatividad infinita y existencia ilimitada, aun así, eligió crear límites; tuvo una visión de lo que era bueno, correcto, agradable y perfecto. Y como hijos hechos a su imagen, debemos vivir, pensar y crear como él lo hace. En un mundo marcado por el ajetreo de oportunidades aparentemente infinitas, ahora más que nunca es importante para nosotros crear límites. Que encuentres libertad y gozo esta semana al recibir visión y establecer límites bajo la dirección del Espíritu Santo.

Siendo una persona de visión

Pasaje Bíblico:

“Donde no hay visión, el pueblo se extravía; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!”. Proverbios 29:18

Devocional:

El mundo en el que vivimos nos bombardea constantemente con intentos de definir quiénes somos y qué debemos hacer. Las publicidades nos dicen lo que necesitamos. Nuestros trabajos nos dicen cómo debemos gastar nuestro tiempo y encontrar un sentido de autoestima. Nuestras familias y amigos a menudo nos definen por lo que hemos hecho o dicho en el pasado. Incluso nuestras iglesias tristemente nos definen de acuerdo a cómo podemos satisfacer mejor sus necesidades en lugar de llegar a conocer quiénes somos realmente.

Pero servimos a un Dios que nos conoce incluso mejor que nosotros mismos. El Salmo 139:1-4 dice: “Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares. No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda”.  Y luego, en el versículo 16 David escribe: “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”.

Desde la fundación de la tierra, Dios sabía que nos crearía. El día que tomamos nuestro primer aliento él ya tenía planes perfectos y agradables para nosotros. Él ha conocido cada uno de nuestros pensamientos y ha mirado nuestras acciones con gracia. No podríamos ser más conocidos de lo que somos por nuestro Padre celestial. Y no podría haber una mejor guía a través del caos de esta vida que el Espíritu Santo.

Ser una persona con límites sanos y vivificantes comienza con ser una persona con visión. Y el único lugar para obtener una verdadera visión es con el Único que verdaderamente te conoce. Dios anhela ser el norte en tu brújula. Él anhela darte una visión honesta de cómo te ha hecho. Anhela darte una idea de cómo te ve y qué siente por ti. Y al recibir una revelación de quién eres, estarás mejor equipado para seguir su guía en su perfecta y agradable voluntad.

Comienza esta semana de visión y límites reuniéndote con tu Padre celestial en oración. Que puedas sentirte abrumado por una nueva revelación de lo amado que eres, tal como eres.

Guía de Oración:

1. Medita en la simple verdad de que Dios realmente te conoce. Permite que la Biblia te guíe a un lugar de fe y confía en el hecho de que Dios te conoce.

“Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares. No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda”. Salmo 139:1-4

“Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”. Salmo 139:16

2. Pídele a Dios que te dé una revelación de cómo te ve. Pídele una revelación de su cercanía y de su amor. Comienza a hablar con él sobre cualquier inseguridad que tengas.

“¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones”. Mateo 10: 29-31

3. Pídele a Dios una revelación de aquello a lo que te ha llamado. Pregúntale acerca de tu papel en tu familia y su llamado en tu vida como cónyuge, hijo o padre. Pídele visión para tu trabajo. Pídele una visión para tu relación con él. Anota sus respuestas.

“Porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento”. Romanos 11:29

 “Por eso oramos constantemente por ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos del llamamiento que les ha hecho, y por su poder perfeccione toda disposición al bien y toda obra que realicen por la fe. Oramos así, de modo que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado por medio de ustedes, y ustedes por él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo”. 2 tesalonicenses 1:11-12

A menudo en mi vida me siento como un caballo con anteojeras, simplemente bajando la cabeza y corriendo tan rápido como puedo para terminar justo donde comencé. Dios no desea ponernos anteojeras. Él no nos trata solo como herramientas para realizar tareas. Él quiere una relación; quiere guiarnos a tener una visión para nuestras vidas. Él anhela ayudarnos a vernos a nosotros mismos, a este mundo y a las oportunidades que tenemos ante nosotros como él lo ve, para que podamos obtener sabiduría y conocimiento. Elige ser una persona de visión. Elige levantar tu cabeza y ponte la lente del Espíritu Santo. Hazle preguntas a Dios. Pregúntale sobre tu vida y tus oportunidades y, en respuesta, te proporcionará la dirección que necesitas, exactamente como la necesitas.

Lectura Complementaria: Salmo 139

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