Tema de la Semana: Transformación

Servimos a un Dios de poderosas transformaciones. A lo largo de toda la Biblia Dios toma a quienes el mundo considera los más bajos, los desesperados y los desamparados, y los usa para cambiar el mundo. Tú no estás excluido de estas transformaciones. Dios anhela romper aquello que te impide experimentar la plenitud de la vida. Él anhela sanarte, librarte y liberarte. Deseo que tu vida cambie para siempre a medida que pasamos tiempo descubriendo lo que Dios anhela transformar en ti.

Dios nos encuentra en nuestra debilidad

Pasaje Bíblico: 

“Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad’.” 2 Corintios 12:9

Devocional:

Los caminos de Dios resultan una experiencia radicalmente diferente a lo que podríamos experimentar en el mundo. El mundo nos dice que solo los fuertes sobreviven. El mundo valora a quienes pueden cuidarse a sí mismos. Nos enseñan a considerar nuestra propia fortaleza como nuestra fuente de energía y a no dejar nunca que otros vean nuestra debilidad. Pero Dios valora a aquellos que en humildad reconocen su debilidad. Su corazón siempre está inclinado hacia los indigentes, los necesitados y los perdidos. Jesús pasó su valioso y limitado tiempo con las prostitutas, recaudadores de impuestos, leprosos y pecadores. Eso nos brinda una esperanza renovada a nosotros que nunca podremos ser perfectos ni aun en nuestros mejores momentos.

En 2 Corintios 12:9, Pablo escribe: “Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad’. Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo”. El verdadero crecimiento y la transformación no vienen como resultado de trabajar con nuestra propia fuerza. No podemos cambiarnos a nosotros mismos, no importa cuánto nos esforcemos. La transformación solo es posible cuando declaramos la verdad de nuestra debilidad, dejamos de vivir con nuestras propias fuerzas y recibimos el poder de un Dios presente y amoroso. La transformación se produce cuando dejamos espacio para que el Espíritu Santo nos llene, nos capacite y nos libere, y esto no ocurre porque merezcamos su ayuda, sino porque él nos ama.

El Salmo 103:14 dice: “Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro”. Dios no espera de nosotros la perfección, ya que él sabe que ésta es inalcanzable para nosotros. En lugar de perfección nos pide honestidad. En lugar de valorar nuestra fuerza él valora nuestra humildad. Todos estamos en condiciones de dar lo que él nos pide. Todos nosotros podemos alardear de nuestras debilidades como lo hizo Pablo. Todos podemos ver nuestras vidas y declarar nuestra necesidad de la gracia de Dios. Y al hacerlo, recibimos poder de lo alto. Al reconocer que “somos de barro”, obtenemos la ayuda de un Dios Todopoderoso, completamente amoroso y siempre presente.

Deja de tratar de alcanzar la perfección en esta vida. No trates de encontrar tu valor e identidad en lo que haces. Mira a Dios como tu fortaleza y permite que su amor, poder y ayuda sean tu fuente. Vive a la luz de la verdad de que su fuerza es poderosa y está disponible para ti. Que puedas entrar en una época de paz fundada en la gracia ilimitada y el poder de tu Padre celestial.

Guía de Oración: 

1. Medita en el corazón de Dios para encontrarte en tu debilidad. 

“Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad’. Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo”.  2 Corintios 12:9

2. ¿De qué manera estás viviendo en tu propia fuerza? ¿Dónde necesitas dejar de esforzarte y recibir la gracia y la ayuda de Dios?

“Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro”. Salmo 103:14

3. Declara tu debilidad a Dios y recibe el poder de su presencia. Pregúntale cómo él quiere ayudarte. Haz espacio en tu corazón para que el Espíritu Santo te fortalezca y te dé poder.

Proverbios 22:4 dice: “Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida”. Dios tiene riquezas, honor y vida guardada para ti mientras vivas en su fortaleza. Él anhela guiarte a la plenitud de la vida si estás dispuesto a entronizarlo como Señor sobre tu corazón. Que puedas basarte en la gracia y la ayuda de Dios y experimentar hoy la plenitud de la vida en presencia de tu Padre amoroso.

Lectura Complementaria: Salmo 103

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