Tema de la Semana: Labrando la Tierra del Corazón

Esta semana veremos una práctica espiritual vital para todos aquellos que buscan crecer en Dios: labrar la tierra del corazón. Jesús habló en Mateo 13 de dos tipos diferentes de tierra: dura y blanda. Dios anhela que cultivemos la tierra de nuestros corazones para que podamos ser receptivos a la semilla de su palabra y dar fruto. Que tu corazón se vuelva más receptivo a la presencia, voluntad y amor de Dios esta semana mientras cultivas una buena tierra con la ayuda del Espíritu Santo.

La voz de Dios

Pasaje Bíblico: “Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Juan 16:13

Devocional:

El Hermano Lorenzo, el padre espiritual, una vez escribió: "No hay en el mundo una clase de vida más dulce y encantadora que la que mantiene una conversación continua con Dios". Fuimos hechos para estar en comunión con nuestro Padre celestial y conversar con él durante todo el día sobre todo lo que sucede a nuestro alrededor. Durante mucho tiempo, creí que a Dios no le gustaba hablar. Pensé que uno descubría cómo vivir la vida cristiana únicamente leyendo la Biblia, yendo a la iglesia, escuchando sermones, etc. Pensé que la oración era solo pedirle cosas a Dios y esperar a ver si decía sí o no a través de las circunstancias. Dios habla a través de las circunstancias y de su palabra, sin duda, pero también le encanta hablar directamente a sus hijos. Él anhela conversar con nosotros.

La Biblia enseña claramente que Dios le habla a su pueblo. Jesús nos enseña en Juan 16:13 que “cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. En Juan 10:27 Dios nos dice: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen”. Dios promete hablarte como a su hijo. Él anhela decirte cuánto te ama incluso más de lo que tú anhelas escucharlo. Él anhela contarte sus planes incluso más de lo que tú deseas saberlos.

No ha habido nada más impactante en mi vida que escuchar la voz de Dios. Su voz es tan tierna cuando necesito ternura, correctiva cuando el pecado restringe mi vida y poderosa cuando solo él puede hacer los cambios que son necesarios hacer en mi vida. Habla en forma perfecta, nunca dice una palabra fuera de lugar y siempre es en el momento perfecto. Puedes escuchar a Dios más de lo que piensas. Nunca lo he escuchado hablarme audiblemente, pero todos los días me susurra al corazón lo que necesito saber. Hay días que no paro de escuchar. Hay veces que permito que el peso del mundo tape su voz. Pero cuando vuelvo mi corazón hacia él, descubro que él estaba allí, hablando todo el tiempo. Susurra su amor por mí cuando me siento aplastado por la opinión del hombre. Me dice que está orgulloso de mí cuando siento que todo lo que estoy haciendo no está a la altura. Susurra sus planes para mí cuando me doy vuelta y voy por mi propio camino. Y esto no es porque estoy dotado de cierta manera para escuchar su voz, sino más bien porque a Dios en su gracia le encanta hablar. 

Dios nunca ha creado a una persona espiritualmente sorda. Puedes escuchar a Dios porque su voz tiene mucho más que ver con su amor que con tus habilidades. Tú eres su hijo; su amor por ti es vasto, inmutable e incesante. Todo lo que se necesita para escucharlo es simplemente inclinar un oído y permitir que sus palabras echen raíces en ti. Cuando él hable de su amor, sentirás que las cadenas del mundo se caen. A medida que te cuente su propósito, descubrirás que un plan ha estado en preparación para ti desde antes de que nacieras. Elige escuchar su voz hoy; deja que ahogue las preocupaciones del mundo y cree en ti una tierra receptiva a su semilla, fértil y llena del fruto del Espíritu.

Guía de Oración:

1. Medita en la verdad de lo que dice la Biblia acerca de escuchar a Dios.

“Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: ‘Este es el camino; síguelo’”. Isaías 30:21

“Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”. Juan 16:13

2. Ahora toma un tiempo para escuchar a Dios. Pregúntale lo que siente por ti. Habla con él sobre cualquier cosa que te esté causando estrés. Escucha un susurro de su voz o una inclinación que parece ser de Dios.

3. Deja que la verdad de lo que él está hablando se asiente en tu corazón. Presta atención a las inclinaciones, a los anhelos o impulsos del Espíritu. Pídele que puedas comprender mejor lo que te está diciendo. Elige confiar en que él te hablará y te guiará a la plenitud de la vida si simplemente lo sigues.

Hay una forma práctica para escuchar la voz de Dios, pero tiene más que ver con desechar las cosas del mundo que con cualquier otra cosa. A veces, toma tiempo calmar tu alma y enfocarte en Dios. No te sientas frustrado si sientes que no estás escuchando nada. El peso de todo esto está en Dios. Dios habla en cualquier forma que pueda. Le encanta hablar a través de la Biblia y las circunstancias, así que escucha su voz y búscala continuamente. No hay presión de Dios. Él desea tomar nuestra carga en lugar de ponerla sobre nosotros. Solo quiere que vivas en relación con él. Deja que su voz se asiente en tu corazón hoy y se convierta en una fuente refrescante para ti en cualquier circunstancia.

Lectura Complementaria: Juan 16

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