Tema de la Semana: La Gracia

La gracia es un regalo que la mayoría de nosotros no sabemos cómo recibir. Estamos tan inundados con el sistema terrenal de dar y recibir, trabajar y ganar que la gracia es un concepto que pocos alcanzan a comprender. Sin embargo, solo la gracia tiene el poder de transformar vidas. Solo la gracia tiene el poder de llevar la libertad a los cautivos. Solo por gracia somos salvos. La mejor manera de usar nuestro tiempo es perseguir de manera consistente y apasionada una mayor revelación de la gracia de Dios.

La gracia de Dios trae propósito

Pasaje Bíblico: “[Dios] nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad”. 2 Timoteo 2:9 LBLA

Devocional:

Uno de los regalos más grandes que Dios nos ha dado es el propósito. Desde la época de Adán, Dios siempre ha dejado en claro los propósitos para los que fuimos creados. En Génesis 1:28 Dios dice: “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo”. Nuestros propósitos han cambiado, pero Dios ha dejado claro que todos debemos tener vidas que sean valiosas y efectivas. ¿Has vivido días en los que simplemente haces todo en forma automática? ¿Has tenido días en los que sientes que lo que haces no importa? Esos días en mi vida son los peores, sin ninguna duda. Prefiero pasar por pruebas y persecuciones con un propósito que vivir un día sin sentido. En el propósito encontramos satisfacción. En el propósito descubrimos que nuestras vidas importan y encontramos la razón por la que fuimos creados.

2 Timoteo 1:9 dice: “[Dios] nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad”. Por la gracia y el propósito de Dios hemos sido llamados a una vida de obras maravillosas y satisfactorias. La Biblia nos enseña una verdad opuesta a las enseñanzas del mundo. El mundo dice que debes trabajar lo suficiente como para vivir una vida de comodidad y bienestar y que el objetivo del trabajo es la relajación y la comodidad. Dios dice que estamos creados para una vida de valor eterno en la que todo lo que hacemos es tener un propósito más elevado que nuestro propio confort y relajación. Dios le ha dado valor y significado a tu vida en una medida que aún tienes que descubrir. Él tiene un plan y un propósito para tu vida que no está asignado a nadie más. Tu vida está destinada a tener un impacto eterno para su reino que reinará para siempre. Pero en su gracia también te ha dado el control de tu propia vida. Puedes elegir vivir tu vida según sus propósitos o según los tuyos. Puedes optar por buscar la comodidad y la relajación sin sentido o una vida de verdadero descanso y satisfacción que proviene solo de vivir enteramente para Dios. Mi esperanza es que al considerar dos propósitos que Dios tiene para tu vida, elijas vivir tu vida completamente con y para tu Padre celestial y que, al hacerlo, descubrirás la increíble alegría y pasión que el Espíritu anhela generar en ti.

El primer propósito para el cual fuiste creado es para relacionarte con Dios. Jesús dice en Marcos 12:30: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El Catecismo Abreviado de Westminster lo dice así: "La finalidad principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre”. Amar a Dios es tu más alto llamado, y al amar a Dios, experimentarás la mayor alegría y satisfacción posible. Cuando te presentes ante el juicio de Dios, él no buscará posesiones, promociones o estatus social, sino el fervor con el que lo amaste. Serás recompensado por actos de amor, no por glorificación egoísta. Y este propósito principal de amar a Dios es el único camino a la vida abundante que tiene para ti.

El segundo propósito para el que fuiste creado es para amar a los demás en respuesta a tu amor por Dios. Marcos 12:31 dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Efesios 5:1-2 dice: “Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios”. Hechos 26:16 dice: “Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar”. Estamos llamados a amar a los demás por el asombroso amor que se nos ha mostrado. A medida que nuestros corazones se llenan de amor por Dios al encontrarse con él en el lugar secreto, nos llenará el anhelo de ver que sus deseos para los que nos rodean fructifiquen. El mayor anhelo de Dios es la relación con su corona de la creación, y él quiere usarnos para guiar a otros hacia sí mismo. Al amar a los demás descubriremos la increíble satisfacción de ver que los perdidos y los heridos son encontrados y sanados. Una pasión y alegría increíbles provienen de ver una vida transformada a través del Espíritu que trabaja en nosotros.

Qué increíble es la gracia de nuestro Dios que hace que sus propósitos estén completamente enraizados en el amor. Estamos llamados a simplemente amarlo a él y a los demás con el mismo amor que se nos ha mostrado. Es como un padre que le da dinero a sus hijos para que le compren un regalo. Él nos llena con el amor y la alegría que siente por nosotros, y luego, en respuesta, podemos amarlo a él y a los demás. Él te llena con el aliento de vida y luego espera pacientemente a que vivas tu vida como una hermosa canción de adoración para él. Que hoy experimentes todo lo que la gracia de Dios te ha dado. Que puedas elegir vivir tu vida con el propósito y la pasión que solo provienen de amarlo a él y a los demás.

Guía de Oración: 

1. Medita en el deseo de Dios de guiarte a una vida de abundante propósito.

“[Dios] nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad”. 2 Timoteo 2:9 LBLA

“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre”. Juan 15:16

2. Reflexiona sobre tu propia vida. ¿De qué manera has estado viviendo de acuerdo a los propósitos del mundo en lugar de los de Dios? ¿En qué áreas estás viviendo para ti en lugar de para él y los otros? ¿Y en qué aspectos de tu vida te sientes sin sentido y sin pasión?

3. Recibe la renovación que viene de vivir con sus propósitos como tus objetivos principales. Permite que Dios reavive las relaciones que parecen pesadas y sin pasión. Permite que Dios te llene con deseos para tu trabajo, tus amistades o tu matrimonio. Pídele al Espíritu que te revele formas específicas en las que desea usarte hoy.

La pasión y el propósito que Dios tiene para ti nunca cesa. Habrá días o etapas en las que te guiará a descansar con el propósito de renovarte, amarte y llenarte. Habrá momentos de trabajo y esfuerzo en los que se propondrá moldearte, formarte y utilizarte. Dondequiera que Dios te guíe hoy, confía en que él tiene el mejor plan para ti. Elige vivir tu vida con sus propósitos en tu corazón y experimenta la pasión que solo se puede encontrar viviendo para Dios.

Lectura Complementaria: Marcos 12

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