Tema de la Semana: Un Fundamento de Amor

1 Corintios 13:13 dice: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor”. El aspecto más importante de la vida cristiana es el amor. El amor debe estar en la base de todo lo que hacemos, todo lo que somos y todo a lo que nos aferramos. Si nos enfocamos en el amor y permitimos que el Espíritu Santo quite todo lo demás, lo que quedará será una vida de bendita sencillez enraizada en la relación cara a cara con nuestro Padre celestial. Al considerar esta semana la sencillez del amor, oro para que todas las cosas pesadas y frívolas del mundo que te roban la vida abundante se desvanezcan a la luz de la bondad gloriosa del amor incondicional de Dios que está totalmente disponible para ti.

La obediencia basada en el amor

Pasaje Bíblico:“¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él”. Juan 14:21

Devocional:

Durante gran parte de mi vida le tuve miedo al concepto de la obediencia, especialmente a la obediencia al todopoderoso, omnisciente y omnipotente Creador del universo. Parecía que no podía encontrar una manera de elegirlo constantemente por encima de mí mismo. Parecía que no podía vivir por su amor en lugar de hacerlo por el amor del mundo. Por mucho que lo intentara, en muchos momentos simplemente no podía ser obediente.

Lo que no me daba cuenta con respecto al mandamiento de Dios de ser obediente, era del proceso mediante el cual yo podía crecer en la obediencia. Dios tomará nuestra obediencia de cualquier manera que pueda obtenerla porque quiere que disfrutemos de los increíbles frutos de su perfecta voluntad, pero su deseo es siempre que nuestra obediencia sea un desbordamiento natural de nuestro amor por él. Él anhela que vivamos un estilo de vida de obediencia basada en el amor.

Juan 14:15 lo dice en forma muy simple: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos”. Las palabras de Jesús aquí son una promesa. Si realmente lo amamos, obedeceremos sus mandamientos. Si realmente tenemos amor en nuestros corazones, no podremos evitar ser obedientes a él. Anhelo crecer hasta estar tan enamorado de Jesús que desee elegirlo en cada situación. Anhelo ser un sirviente tan enamorado de mi Rey que muera por él o por cualquier otra persona que él me pida.

El amor de Dios es tan real, tan poderoso y tan transformador que puede moldearnos y formarnos como personas que ya no viven para este mundo temporal, sino que buscan primero un reino eterno e invisible. Si simplemente dejamos que Dios nos ame en cada momento, naturalmente obedeceremos la perfecta voluntad de Dios para nosotros.

Romanos 6:17-18 dice: “Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia”. A través del poderoso sacrificio de Jesús, te has transformado en una persona libre de la ley del pecado. Ahora estás esclavizado a un estilo de vida correcto en el que obedeces a tu Rey por devoción a él.

Tómate un tiempo en la oración guiada para recibir el amor transformador de tu Padre celestial. Permite que su amor establezca un fundamento sobre el que puedas buscar una obediencia incondicional. Que hoy puedas llenarte de amor por tu Rey mientras recibes la riqueza del amor incondicional que él tiene para ti.

Guía de Oración:

1. Abre tu corazón a Dios para permitirle que entre y te ame. Pídele que te guíe hacia un poderoso encuentro con su amor. Pídele que te haga consciente de su cercanía y de cuánto desea estar contigo.

“Que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”. Efesios 3:19

2. Medita en los pasajes sobre la obediencia. Pídele al Espíritu Santo que te transforme en una persona obediente a los mandamientos de Dios por amor a él.

“¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él”. Juan 14:21

Le contestó Jesús: ‘El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él’”. Juan 14:23

3. Comprométete a obedecer los mandamientos de Dios como resultado de la confianza y el amor a él. Elige servirlo a él y a los que él ha colocado en tu vida. Pídele que te llene del deseo de hacer su voluntad para que la obediencia no esté en duda, sino que fluya naturalmente por amor que él ha colocado dentro de ti.

“La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas”. Deuteronomio 30:14

“Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios”. Efesios 5:1-2

Imagina cuán bendecidas serían nuestras vidas si viviéramos en total obediencia a la voluntad de Dios. Imagina el impacto que haríamos en este mundo. Imagina la riqueza de la recompensa celestial que tendríamos por toda la eternidad. ¡Qué maravilloso es el corazón de nuestro Padre celestial que nos lleva con su amor a que lo obedezcamos y luego nos recompensa a nosotros y a otros por ello! Nuestra obediencia se basa únicamente en aceptar su gracia y, sin embargo, él ama bendecirnos a través de ella. Alabemos a nuestro amoroso Padre celestial por la increíble vida que nos ha dado a un costo tan alto. Que podamos amarlo en todo lo que hagamos.

Lectura Complementaria: Juan 14-15

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